La guardia fronteriza austriaca ha dado el alto al conductor que acto seguido ha salido huyendo a pie, dejando a una treintena de personas atrapadas dentro del vehículo. Se desconoce el paradero de esta persona, que según la Policía podría estar armada con un cuchillo y una pistola.
El suceso ha tenido lugar en la fronteriza región de Burgenland, en el este de Austria. Las víctimas son migrantes kurdos y sirios, quienes a pesar de las condiciones en las que han sido encontrado apenas han necesitado atención médica, informa el periódico austriaco “Kronen Zeitung”.
«Hemos podido prevenir algo peor», ha señalado el jefe encargado de la oficina contra la trata de personas de la Policía Criminal austriaca, Gerald Tatzgern. Las asistencias, cuenta, llegaron a tiempo de evitar una catástrofe mayor, aunque no pudieron hacer nada por las dos víctimas mortales, quienes murieron por asfixia.
«Mis pensamientos están con las víctimas y sus familias. Este terrible acto demuestra claramente que la muerte de una o más personas es aceptada por los traficantes de personas. El contrabando es una de las formas más inhumanas de delincuencia organizada», dijo el ministro de Interior, Karl Nehammer.
Desde que se relajaron las medidas contra el coronavirus, las autoridades austriacas han registrado un mayor número de intentos de entradas irregulares al país a través de esta frontera con Hungría. «Solo este años, la Policía ha arrestado a más de 250 traficantes de personas», informó Nehammer.
El caso ha traído a la memoria la tragedia ocurrida el 26 de agosto de 2015, en plena crisis de refugiados, en esta misma región de Burgenland,. Un total de 71 personas, de Irak, Siria, Irán y Afganistán, fueron halladas muertas dentro de un vehículo cuando cruzaron también desde Hungría. Fueron acusadas once personas, de las cuales cuatro cumplen cadena perpetua por asesinato. (Europa Press)