Un grupo de los vulgarmente llamados “bandidos” nigerianos quemó vivo a un sacerdote católico cuando intentaron entrar en su residencia en el céntrico estado nigeriano de Níger.
El fallecido, reverendo Isaac Achi, acabó incinerado cuando los bandidos decidieron prender fuego a su vivienda, en la zona de Paikoro, después de haber sido incapaces de entrar en el lugar.
La Policía dijo que el incidente tuvo lugar en torno a las 03:00 de la madrugada del y que otro sacerdote fue herido de un disparo en el hombro, aunque consiguió salvar la vida, según el portavoz policial Wasiu Abiodun al ‘Daily Trust’.
“El cuerpo sin vida del padre Isaac fue recuperado mientras el padre Collins fue trasladado de urgencia al hospital para recibir tratamiento”, indicó el portavoz.
El presidente de la Asociación Cristiana de Nigeria en el Estado de Níger, Bulu Yohanna, condenó el asesinato del sacerdote, pidió una investigación e hizo un llamamiento al Gobierno nigeriano y a las agencias de seguridad para detener la oleada de violencia en todo el país.
”Ya basta de ataques y asesinatos gratuitos de ciudadanos nigerianos inocentes. Una de las principales responsabilidades del Gobierno es proteger la vida y los bienes de sus gobernados”, declaró.
La inseguridad viene en aumento en los últimos meses en Nigeria, la nación más poblada de África. Los problemas de violencia son de naturaleza variada y abarcan desde la lucha contra el yihadismo y los incidentes de violencia intercomunitaria a los secuestros masivos que vive el centro-norte y el noroeste del país, enfocados sobre todo en raptos en centros educativos por parte de hombres armados -denominados en el país “bandidos”- que buscan lucrativos rescates.
El escenario es tan preocupante que el gobierno nigeriano declaró a las bandas criminales como organizaciones terroristas para facilitar la intervención militar.
Las fuerzas de seguridad de Nigeria liberaron ayer a 12 personas que habían sido secuestradas la semana pasada en una estación de tren del sur del país, anunciaron las autoridades.
Decenas de personas que esperaban su tren en la estación de Igueben, en el estado de Edo, para ir a Wari (hacia el sur) fueron secuestradas el 7 de enero.
“Doce de las 14 víctimas que seguían retenidas […] fueron liberadas por un equipo de varias unidades”, declaró el responsable de Información del estado de Edo, Chris Osa Nehikhare.
Hasta ayer todavía no se sabía con seguridad cuántas personas fueron secuestradas el 7 de enero, si 24 o 32.
Pero, según Nehikhare y el portavoz de la policía, Shidi Nwabuzor, los captores todavía tienen en su poder dos personas.
“Algunos fueron detenidos durante la operación”, declaró Nehikhare. Pero “un puñado logró escapar con dos de los rehenes”, agregó, asegurando que las autoridades “removerán cielo y tierra para liberarlos”. (Infobae).