Roma.- Los líderes del G20 han concluido la cumbre de Roma con una declaración a favor del multilateralismo como piedra angular en la lucha contra el cambio climático, la recuperación económica y la consolidación de la campaña de vacunación mundial contra la pandemia, aunque sin propuestas concretas de cara al gran objetivo del encuentro: la limitación del calentamiento global a 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales.
«Mantener al alcance estos 1,5ºC requerirá de acciones significativas y eficaces, así como el compromiso de todos los países, teniendo en cuenta diferentes enfoques», rezó el documento sobre la declaración final, que deja en manos la consecución de este objetivo y otros más de acuerdo con las «circunstancias» nacionales.
«Reafirmamos nuestro compromiso en la implementación plena y efectiva del Acuerdo de París, tomando acciones de mitigación, adaptación y finanzas durante esta década crítica, atendiendo al mejor conocimiento científico disponible, reflejando el principio de responsabilidades comunes, pero en función de las responsabilidades diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las distintas circunstancias nacionales», señaló los líderes en un primer documento filtrado a los medios.
Además, han señalado que dedicarán esfuerzos a alcanzar la neutralidad de carbono, lo que se traduce en la práctica en emitir la misma cantidad de CO2 a la atmósfera de la que se retira por distintos procesos de absorción, en un plazo ambiguo en torno a «mediados de siglo».
MULTILATERALISMO
En la introducción del documento, los líderes del G20 «subrayan el papel fundamental del multilateralismo en la búsqueda de soluciones compartidas y eficaces» y acuerdan por ello «fortalecer aún más nuestra respuesta común a la pandemia y allanar el camino para una recuperación mundial, prestando especial atención a las necesidades de los más vulnerables».
La atención a los más desfavorecidos ocupa una buena parte de la declaración, en la que el G20 se reafirma en el compromiso adquirido por los países desarrollados para movilizar 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2025 en una reserva capital para ayudar a los países pobres y menos contaminantes a adaptarse al cambio climático y evitar sus consecuencias, una cifra que podrá ser revisada cada año.
Así pues, los líderes del G20 se comprometen a seguir «fomentando la recuperación, sin abolir de manera prematura las medidas de apoyo». «Al mismo tiempo, preservaremos la estabilidad financiera y la sostenibilidad fiscal a largo plazo y salvaguardaremos contra los riesgos de la caída y las repercusiones negativas», destaca el documento.
CAMBIO CLIMÁTICO
Los científicos llevan tiempo advirtiendo de que, si no se reducen entre un 40% y un 70% de aquí a 2050 las emisiones de gases con efecto invernadero para que el calentamiento global no supere los 2°C, la Tierra entrará en un terreno peligroso, cuyas consecuencias son desconocidas.
El documento ha sellado el compromiso de los líderes del G20 a alcanzar la neutralidad de carbono, lo que se traduce en la práctica en emitir la misma cantidad de CO2 a la atmósfera de la que se retira por distintos procesos de absorción.
Los países no podrán emitir más gases con efecto invernadero de los que el planeta es capaz de absorber «hacia mediados de siglo», según el documento, de manera que se realza el compromiso global para que las emisiones de gases con efecto invernadero lleguen a un pico mínimo «lo más pronto posible», para luego «emprender reducciones rápidas» y llegar finalmente a un equilibrio neutral.
El acuerdo resultó también que los países ricos deben dar apoyo económico a las naciones pobres para que enfrenten el cambio climático y se adapten a sus consecuencias. En este sentido, se han comprometido a «movilizar de forma conjunta 100.000 millones de dólares al año» en la mencionada reserva.
No queda claro de qué manera se financiará el fondo, aunque los líderes del G20 instan a los grandes organismos internacionales como el FMI a «apoyar la transición energética y sostenible de los mercados emergentes y las economías en desarrollo» y poner en marcha planes para movilizar «financiación privada» en línea con la agenda de desarrollo sostenible de la ONU. Se trata de una reivindicación histórica que ya fue aprobada durante la COP21 de París del 2015.
Además, se abre la puerta a los países en desarrollo más avanzados para que también presten ayuda de manera voluntaria.
EQUITATIVA DE VACUNAS
Asimismo, los países del G20 tomarán medidas para asegurar la producción y la distribución rápida y equitativa de las vacunas a nivel global, sin mencionar cambio alguno en lo que respecta a las patentes de los fármacos.
«Reforzaremos las estrategias globales para apoyar la investigación y el desarrollo y garantizar su producción y su distribución rápida y equitativa en el mundo entero, también mediante el fortalecimiento de las cadenas de suministro y la ampliación y diversificación de la capacidad mundial de fabricación de vacunas a nivel local y regional», declara el documento.
A tal fin, los miembros del G20 declaran que «nos comprometemos a abstenernos de las restricciones a la exportación incompatibles con la OMC y a aumentar la transparencia y la estabilidad en el suministro de vacunas».
Además, el G20 reconoce la importancia de una rápida reacción ante las pandemias y, por lo tanto, apoyará «la ciencia para acortar el ciclo del desarrollo de vacunas, terapias y diagnósticos seguros y eficaces de 300 a 100 días después de la identificación de tales amenazas y trabajar a fin de que estén ampliamente disponibles».
«Nos esforzaremos», añaden los líderes del G20, «por reanudar los viajes internacionales de manera segura y ordenada, en conformidad con la labor de las organizaciones internacionales pertinentes, como la OMS, la Organización de Aviación Civil Internacional, la Organización Marítima Internacional y la OCDE», indica el documento.
ACERO, ALUMINIO E IMPUESTOS
Fuera de la declaración final, la cumbre ha resultado también significativa por la presentación del acuerdo entre Estados Unidos y la UE para abolir los aranceles del acero y el aluminio, en lo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han pronosticado como una «nueva era de cooperación transatlántica».
«Juntos, Estados Unidos y la Unión Europea abren paso a una nueva era de cooperación transatlátinca que va a beneficiar a nuestra gente, tanto ahora como en los años venideros», ha destacado Biden en su intervención. Para Von der Leyen «es un gran paso adelante en nuestra renovada relación», ha remachado.
A ello hay que añadir la ratificación el sábado del respaldo del G20 al impuesto mínimo a las multinacionales del 15 por ciento tras años de conversaciones y con un doble objetivo: impedir que las grandes multinacionales desvíen sus beneficios a países considerados prácticamente como paraísos fiscales; y abordar la naturaleza digital del comercio internacional al gravar a las compañías en los lugares en los que operan, en lugar de aquellos países donde declaran sus beneficios. (Europa Press)