«La comunidad internacional tiene el derecho de investigar y de impedir que otros crímenes sean cometidos por la República islámica» de Irán, declaró Mahmud Amiry-Moghaddam, director de IHR basada en Noruega. El anterior balance era de 83 muertos.
Irán vive una ola de violencia desde que Amini, una kurda iraní de 22 años, murió tras ser detenida por la policía de la moral, presuntamente por no llevar correctamente el velo tal y como exige el estricto código de vestimenta de las mujeres en la República Islámica.
Imágenes compartidas por la organización Iran Human Rights, con sede en Noruega, también mostraron protestas de estudiantes en las ciudades de Mashhad y Karaj, con manifestantes gritando consignas y mujeres quitándose el velo.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
En 159 ciudades de todo el mundo, desde Auckland a Nueva York pasando por Seúl y Zúrich, hubo manifestaciones de apoyo, dijo la organización Iranians for Justice and Human Rights. En algunas ciudades, como Roma y Madrid, varias mujeres se cortaron el pelo como gesto de solidaridad.
Desde Beirut, sin embargo, el jefe del movimiento libanés Hezbollah, respaldado por Irán, Hasan Nasrallah, describió la muerte de Amini como un incidente impreciso que se estaba utilizando contra Teherán.
Se trata de los disturbios más sangrientos en Irán desde la represión de las manifestaciones de noviembre de 2019 provocadas por una repentina subida de los precios del combustible, que causó la muerte de al menos 304 personas, según Amnistía.
Mir Hosein Musavi, un ex primer ministro que lleva más de una década bajo arresto domiciliario, instó a las fuerzas de seguridad a detener la violencia, en un mensaje en la cuenta Instagram del grupo opositor Kaleme. (Infobae).