Un terremoto de magnitud 7,6 sacudió ayer el este de Papúa Nueva Guinea, causando la muerte de al menos cinco personas y dejando varios heridos y daños en propiedades e infraestructuras esenciales.
El sismo se produjo a unos 67 kilómetros al este de Kainantu y 80 kilómetros al noroeste de Lae, en la región oriental de Papúa Nueva Guinea, hacia las 9:45 hora local (2345 GMT del sábado), pero se sintió a unos 500 kilómetros de distancia en la capital, Port Moresby.
Además, el alcance total de los daños no estaba claro de inmediato, ya que la ubicación del movimiento telúrico era remota. Los terremotos son habituales en Papúa Nueva Guinea, que se encuentra en el “Anillo de Fuego” del Océano Pacífico, una zona de gran actividad sísmica debido a la fricción entre las placas tectónicas.
Aunque el gobierno no dio ninguna cifra de muertos, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Asia y el Pacífico dijo que se habían registrado al menos cinco muertos y cuatro heridos.
Una persona murió en un corrimiento de tierras en Rai Coast, Madang, y otras tres quedaron sepultadas en Wau, Morobe, dijo el equipo de gestión de desastres de la OCHA en un informe publicado en Twitter.
La red eléctrica regional, los cables de Internet y la autopista regional resultaron dañados, pero el aeropuerto está operativo, dijo. Algunos de los heridos fueron trasladados por aire para recibir tratamiento inmediato.
Los residentes locales compartieron en las redes sociales imágenes y videos de carreteras agrietadas, edificios y autos dañados y artículos que se caían de las estanterías de los supermercados.
El informe de la ONU indicó que había personas heridas por la caída de estructuras o escombros, y que había daños en algunos centros de salud, viviendas, caminos rurales y carreteras. La infraestructura eléctrica resultó dañada en las zonas afectadas, provocando un corte en las tierras altas orientales. (Reuters).