Seis meses después del asesinato del presidente Jovenel Moise, la crisis en ese país se agrava y la inseguridad gana cada vez más terreno.
Laboule 12, en el corazón de la montaña que rodea la capital haitiana, es un área de intensos enfrentamientos entre bandas armadas que luchan por el control de la zona.
Ahí habían ido a realizar un reportaje tres periodistas de Radio Écoute Canadá, medio en línea canadiense.
Dos de ellos, lguens Louissant y Amady John Wesley, murieron en el tiroteo. El tercero logró escapar gracias a la ayuda de los habitantes del sector.
Las bandas criminales han ampliado su alcance más allá de los barrios marginales de Puerto Príncipe.
La policía de Haití no ha intentado organizar ningún operativo a gran escala contra las pandillas desde marzo de 2021. Los policías están menos equipados que los grupos criminales, los cuales poseen fuertes arsenales.
Las pandillas explotan además la impunidad del débil sistema de justicia. Las investigaciones rara vez tienen éxito. Y esto desde hace años: en el 2000, el periodista más famoso en ese momento en Haití, Jean Dominique, fue asesinado. Este crimen tampoco ha sido resuelto.
El 12 de marzo cuatro policías fueron muertos al intentar una operación en un barrio de Puerto Príncipe utilizado por una banda para esconder a sus secuestrados.
En junio de 2021, el periodista Diego Charles fue asesinado, junto con un activista político de la oposición y otras 13 personas. Los responsables no han sido identificados por las autoridades.
El fotoperiodista Vladjimir Legagneur nunca regresó de un viaje que emprendió en marzo de 2018 para hacer un reportaje en el barrio Martissant, ahora totalmente controlado por pandillas. (Agencia RFI)