Ciudad de Cabo.- El expresidente de Sudáfrica Frederik Willem de Klerk, una figura clave en la transición hacia la democracia en el país tras el fin del Apartheid, falleció ayer a los 85 años de edad, según ha confirmado su fundación.
«Anunciamos con profunda tristeza que el expresidente FW de Klerk ha fallecido en paz en su casa en Fresnaye tras su lucha contra el cáncer. De Klerk tenía 85 años», ha manifestado la fundación a través de un comunicado facilitado a Europa Press.
Así, ha resaltado que «la familia anunciará, en su debido momento, los asuntos relativos al funeral». La fundación ha agregado que De Klerk «deja a su esposa Elita, sus hijos Jan y Susan y sus nietos». El organismo anunció el 8 de junio de 2021 que el exmandatario había sido diagnosticado con mesotelioma, una forma agresiva y mortal de cáncer de pulmón.
El actual presidente, Cyril Ramaphosa, ha expresado su «gran tristeza» por la muerte de De Klerk y ha trasladado sus «sinceras condolencias» a su familia, al tiempo que ha ensalzado el «papel vital» del expresidente «en la transición a la democracia en los años noventa».
Ramaphosa ha destacado que este proceso «arrancó durante su primer encuentro en 1989 con el (ex) presidente Nelson Mandela, quien era un preso político por entonces», y ha destacado que De Klerk «adoptó la valiente decisión de legalizar los partidos políticos, liberar a presos políticos y abrir negociaciones con el movimiento de liberación, en medio de grandes presiones en sentido contrario por parte de muchos en su circunscripción».
De esta forma, ha hecho hincapié en que De Klerk «fue un sudafricano comprometido que defendió la postura democrática constitucional y puso el futuro a largo plazo del país por encima de los estrechos intereses políticos», según un comunicado publicado por la Presidencia sudafricana a través de su página web.
«El fallecimiento de De Klerk a pocas semanas del 25 aniversario de nuestra Constitución debe inspirarnos a todos para reflexionar sobre el nacimiento de nuestra democracia y nuestro deber compartido para permanecer fieles a los valores de nuestra Constitución», remachó.
De Klerk fue presidente del país entre septiembre de 1989 y mayo de 1994, cuando se convirtió en uno de los dos vicepresidentes de Sudáfrica tras las primeras elecciones democráticas, en las que Nelson Mandela ascendió a la Presidencia.
El expresidente había tomado previamente la decisión de liberar al activista de prisión y ambos trabajaron para poner fin al sistema de Apartheid en el país africano, por lo que fueron galardonados en 1993 con el Premio Nobel de la Paz.
En este sentido, la fundación ha enviado a Europa Press un vídeo que De Klerk grabó como «último mensaje al pueblo de Sudáfrica» en el que se disculpa «totalmente» por las consecuencias que tuvo el Apartheid para la población del país.
«Aún me acusan a menudo mis críticos de que, de una forma u otra, sigo justificando el Apartheid o el desarrollo segregado, como prefiera llamársele», afirmó De Klrk, en uno de estos vídeos.
«Es cierto que en mis años jóvenes defendí el desarrollo segregado, ya que nunca me gustó el término Apartheid. Lo hice cuando era parlamentario y lo hice como miembro del Gobierno. Tras ello, en muchas ocasiones pedí disculpas por el dolor y la indignidad que el Apartheid causó a las personas de color e Sudáfrica», explicó.
Por ello, reitera que se disculpa «sin ambages» por «el dolor, la indignidad y los daños» causados por el Apartheid, antes de incidir en que lo hace no sólo como antiguo líder del Partido Nacional, sino como persona.
En este sentido, sostiene que sufrió una «conversión» a principios de los años ochenta, cuando «fue consciente de que el Apartheid estaba mal». «Me di cuenta de que habíamos llegado a un lugar que era injustificable desde el punto de vista moral», afirmó De Klerk. (Europa Press)