Así, la condena se produce en el llamado caso Bygmalion, que se sumergió en las cuentas de la campaña de la presidencial de 2012, que el entonces mandatario perdió contra el socialista François Hollande.
Sarkozy, de 66 años, se convirtió en marzo en el primer expresidente de la Quinta República Francesa (régimen en vigor desde el 5 de octubre e 1985) en ser sentenciado a prisión firme (1 año), por corrupción y tráfico de influencias en otro caso.
La presidenta del tribunal, Caroline Viguier, leyó el fallo antes de pronunciar las penas contra el exjefe de Estado, que no acudió a la lectura del veredicto, y contra los otros 13 acusados.
Al término del juicio (celebrado en mayo y junio), la fiscalía había pedido un año de prisión, de los cuales seis meses de cumplimiento obligatorio, por esta campaña.
El exceso de gastos se habría ocultado en un montaje financiero entre el partido oficialista Unión por un Movimiento Popular (UMP) y la empresa que organizó los eventos, Bygmalion.
A diferencia de las otras 13 personas que se sientan en el banquillo, al exjefe de Estado conservador no se le acusaba del sistema de doble facturación puesto en marcha, sino de «financiación ilegal de campaña».
En concreto, se gastó 42,8 millones de euros (unos 49,6 millones de dólares), casi el doble del límite legal.
El exmandatario también tiene abiertos otros procesos. La justicia lo acusa de corrupción pasiva, entre otros delitos, por la presunta financiación de su campaña de 2007 que lo llevó al Elíseo. (DW Alemania)