En un comunicado conjunto, los primeros ministros de estos cuatro países, Kaja Kallas, Arturs Krisjanis Karins, Ingrida Simonyte y Mateusz Morawiecki, respectivamente, han destacado que se trata de «una postura regional común» y han recalcado su «voluntad política y firme intención» de aplicar «medidas nacionales temporales» para «hacer frente a una política pública inminente y amenazas de seguridad».
Los países europeos detallaron que la medida implica «una restricción de la entrada a la zona Schengen para ciudadanos rusos que viajen con propósitos de turismo, cultura, deporte y negocios», antes de defender que el objetivo es «proteger la política pública y la seguridad interna, así como la seguridad general en el espacio Schengen».
«Seguimos buscando una postura común a nivel de la Unión Europea y pedimos a la Comisión Europea que proponga medidas sobre los visados y las restricciones de entrada que puedan ser aplicadas de forma unificada por parte de todos los estados miembro de la UE y países asociados Schengen», han arguyó, al tiempo que han matizado que «no se trata de una prohibición total de entrada».
De esta forma, desveló que habrá «excepciones legítimas para disidentes, casos humanitarios, familiares, personas con permiso de residencia , facilitación de los servicios de carga y transporte, misiones diplomáticas y el tránsito de personas a Kaliningrado, entre otras». «Recalcamos la necesidad de seguir apoyando a los opositores al régimen de (el presidente ruso, Vladimir) Putin y de darles oportunidades para abandonar Rusia», han dicho.
Los firmantes del comunicado destacaron además que «los países fronterizos con Rusia están cada vez más preocupados por el flujo sustancial y creciente de ciudadanos rusos a la UE y el área Schengen» a través de sus fronteras. «Creemos que esto se está convirtiendo en una grave amenaza a nuestra seguridad pública y al área compartida Schengen», han defendido. (Europa Press)