Al inicio de una reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Biden aseguró que Estados Unidos y Japón están modernizando su alianza militar en base al histórico incremento en defensa que ha realizado Tokio, así como en su nueva estrategia de seguridad.
“Déjeme ser muy claro. Estados Unidos está total, plenamente y claramente comprometido con esta alianza”, subrayó Biden mientras remarcaba sus palabras con el dedo índice.
El presidente estadounidense opinó asimismo que la fortaleza de la relación entre ambos países se basa en los valores democráticos compartidos.
“Japón y Estados Unidos se enfrentan actualmente al mayor y más complejo desafío en materia de seguridad de la historia reciente”, dijo por su parte el primer ministro.
Kishida explicó que por ello su Gobierno decidió reforzar las capacidades defensivas de Japón, algo que disuadirá a rivales externos de eventuales ataques, dijo en velada referencia a China y Corea del Norte.
El primer ministro japonés también agradeció a Estados Unidos por su cooperación y coincidió con Biden en la importancia de la democracia y el Estado de derecho.
Ambos se comprometieron a buscar formas de estrechar la relación de cara a la cumbre del G7 en Hiroshima (Japón) del próximo mayo, así como
la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que tendrá lugar en San Francisco (EEUU) el mes de noviembre.
Las recientemente aprobadas nuevas directrices de Defensa de Japón incluyen por primera vez dotarse de la capacidad de atacar bases enemigas en caso de amenaza a la seguridad nacional, además de un incremento récord de su gasto militar.
Se trata del mayor giro de Japón en materia de Defensa desde la Segunda Guerra Mundial, con una hoja de ruta que según los expertos persigue contener el auge militar de China y mantener la posición dominante de Estados Unidos en Asia-Pacífico.
Los periodistas preguntaron a Biden por el hallazgo en su oficina privada de documentos clasificados de su período como vicepresidente (2009-2017), pero el mandatario no respondió.
En diciembre, el gabinete japonés aprobó un plan para aumentar al doble el gasto en defensa, hasta un 2% del PIB hasta 2027, una reforma que representa el mayor refuerzo de su política militar en décadas. Además, Japón proyecta unificar la comandancia y aumentar el alcance de sus misiles.
El primer ministro japonés afirmó estar determinado a cumplir con su misión de proteger a la nación y sus habitantes en este momento crucial de la historia.
Aunque estos cambios están respaldados por la opinión pública, se trata de un giro de envergadura para un país cuya Constitución, pacifista, adoptada tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, le prohíbe dotarse de un ejército convencional.
Kishida aseguró que la estrategia de defensa de Japón va a continuar ciñéndose al marco de su Constitución, del derecho internacional y del derecho japonés.
Estos informes utilizan un lenguaje más asertivo con respecto a la nomenclatura usada en la última publicación sobre estrategia nacional de seguridad hecha por Japón en 2013. (Infobae).