La presión diplomática parece ser parte de un esfuerzo de Estados Unidos para aislar a Rusia, en medio de las preocupaciones de un posible conflicto armado en Ucrania.
Para Bolsonaro, el viaje previsto para este mes representa una oportunidad de fortalecer su influencia global, ya que enfrenta una batalla cuesta arriba para ganar la reelección este año.
A los funcionarios estadounidenses les preocupa que el viaje a Moscú pueda envalentonar a Putin, dijo la fuente, que no estaba autorizada a hablar públicamente del tema.
“No es un buen momento para ir”, indicó la fuente, añadiendo que los funcionarios estadounidenses habían “tratado de disuadir (a Bolsonaro) de no hacer el viaje”, subrayando que podría resultar un “error de cálculo”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos y la Casa Blanca no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil declinó referirse al asunto.
Un diplomático brasileño, que pidió no ser identificado, dijo que el viaje de Bolsonaro seguía en pie y que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, no había presionado a Brasil para que lo cancelara.
El lunes, Bolsonaro señaló que espera que la crisis con Ucrania se resuelva “en armonía”. En una entrevista televisiva, dijo que no esperaba sacar el asunto durante su reunión con Putin, ya que buscaba centrarse más en temas económicos como el agronegocio. (Reuters)