Edimburgo.- La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha propuesto ayer el 19 de octubre de 2023 como fecha para celebrar el nuevo referéndum de independencia.
Sturgeon reveló ante el resto de diputados en el Parlamento de Holyrood, en Edimburgo, que la pregunta de esta nueva consulta será la misma que la que se planteó en el referéndum anterior de 2014: ‘¿Debe Escocia ser un país independiente?’.
La líder del Partido Nacional Escocés (SNP) ha explicado que se dirigirá al primer ministro británico, Boris Johnson, para hacerle saber la fecha elegida y buscar su consentimiento formal para que se celebre la consulta, aunque ha aclarado que la intención es seguir adelante aún sin contar con el aval de Londres.
En ese sentido, Sturgeon señaló que está preparada para negociar con Westminster las condiciones de cómo debe celebrarse la ansiada consulta, pero de lo que no estará dispuesta «nunca» es a dejar que «la democracia escocesa sea prisionera de Boris Johnson o de cualquier otro primer ministro».
«Los derechos democráticos del pueblo escocés son primordiales», ha enfatizado Sturgeon, quien se ampara en el «mandato democrático claro» que le otorgaron los resultados en las pasadas elecciones, donde las fuerzas que ansían la independencia lograron ser las mayoritarias en el Parlamento.
Para Sturgeon «Escocia ha pagado un precio muy alto por no ser independiente», ya que al estar sujetos a las políticas de Londres no han podido lidiar como han querido con la crisis económica provocada por la salida de Reino Unido de la UE.
«Ahora es el momento de llevar a Escocia por el camino correcto. Ahora es el momento de la independencia», insistió. Continúo argumentando que Escocia tiene derecho a otro referéndum y escribirá hoy al primer ministro Boris Johnson para «asegurar el derecho de Escocia a elegir».
Como ya hiciera hace un par de semanas durante la presentación de la nueva campaña para desligarse de Londres y del informe titulado ‘Independencia en el mundo moderno’, ha recalcado que la celebración del referéndum debe ser legal, por lo que también se dirigirá al Tribunal Supremo para conocer su parecer.
En caso del Tribunal Supremo no dé su visto bueno, Sturgeon ha recalcado que las próximas elecciones generales en Reino Unido se convertirán en una suerte de «referéndum de facto», en el que el SNP centrará todos sus esfuerzos en lograr la independencia del territorio.
Sturgeon adelantó que el Gobierno está trabajando en un proyecto de ley sobre la consulta, que incluirá un referéndum de independencia consultivo, por lo que un voto mayoritario a favor no tendría carácter legislativo y se requeriría seguir trabajando en ella para que se convierta en ley.
«Mi compromiso es asegurar un proceso que permita a la gente de Escocia, ya sea sí o no, o aún por decidir, expresar sus puntos de vista en un referéndum legal y constitucional para que la opinión de la mayoría pueda establecerse justa y democráticamente», dijo.
En 2014, Westminster otorgó los poderes pertinentes a través de la llamada orden de la sección 30, el mecanismo legal por el cual Londres transfiere temporalmente el poder de legislar una consulta a Holyrood, el Parlamento escocés.
En esta ocasión, sin embargo, no parece que Londres esté por la labor. Así, el Gobierno central ha confirmado que analizará el nuevo plan de Sturgeon pero ya ha dejado claro que «ahora no es el momento» de una segunda consulta.
«Lo estudiaremos de forma cuidadosa y responderemos adecuadamente», ha dicho Johnson, partidario de no desviar el foco de la recuperación económica. «Sin duda, creo que tendremos una economía y un país más fuertes estando juntos», ha advertido, según la BBC. (Europa Press)