Los equipos del presidente Jair Bolsonaro y del mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva iniciaron ayer la transición de Gobierno tras la victoria en las urnas del líder progresista.
Tras la victoria en los comicios del líder del Partido de los Trabajadores (PT), el vicepresidente electo Geraldo Alckmin -y designado por Lula para organizarla-, anunció que la transición ya empezó y agregó que el compromiso del presidente Lula da Silva es viabilizar las propuestas elegidas en las urnas por la población brasileña con responsabilidad y previsibilidad. Para ello, el centrista viajó a Brasilia acompañado del Presidente del partido, Gleisi Hoffmann, y del coordinador del programa de gobierno, Aloizio Mercadente.
El anuncio se dio tras una serie de encuentros que tuvieron lugar ayer en la capital del país. Además de la reunión que Alckmin manutvo con el jefe de la Presidencia de Bolsonaro, Ciro Nogueira, el futuro vicepresidente estuvo en el Congreso con varios diputados del partido. El propósito de esta visita fue comenzar a tratar el plan presupuestario del gobierno para el año entrante, junto con el senador responsable del mismo, Marcelo Castro.
El Congreso tiene tiempo hasta el 17 de diciembre para aprobar este proyecto con aportes de la nueva administración. «Tenemos una agenda apretada y es complicado», aseguró Castro antes de la reunión con Alckmin. «Es más fácil si el nuevo gobierno propone algo», agregó.
Al término de este encuentro, el futuro Vicepresidente pidió a los congresistas que adopten una medida de emergencia que permita a su gobierno gastos que consideran esenciales, como los aportes mensuales en programas de asistencia social (Bolsa Familia) por 600 Reales. En el caso de que este pedido no sea aprobado, el presupuesto disponible para ello se reducirá a los 400 Reales en enero. Esta política es crucial para el gabinete entrante ya que se trata del programa estrella de los anteriores mandatos de Lula y que, a su vez, le permitirá cumplir con sus promesas de campaña. Al respecto, los congresistas adelantaron que anunciarán su decisión el lunes próximo.
La agenda de Alckmin en la capital brasilera incluye también una visita al organismo de control contable federal, que está programada para esta tarde. Por otro lado, el martes próximo volverá a Brasilia para continuar con las negociaciones por el presupuesto.
Esta serie de encuentros marcaron oficialmente el inicio del proceso de traspaso de mando, el cual Bolsonaro autorizó y que concluirá el próximo 1 de enero, con la asunción del nuevo presidente. El objetivo de estas reuniones es garantizar la gobernabilidad del nuevo partido a la par de un Congreso potencialmente polémico y de una extrema derecha -bajo la adminstración de Bolsonaro- que brinde garantías de cooperación.(Infobae).