En su último boletín humanitario sobre África Occidental, la OCHA indicó que se ha observado un aumento continuo de casos de cólera en Nigeria desde junio pasado, identificados principalmente en el estado de Níger, en el oeste del país.
La tasa de letalidad es del 3,5 por ciento, más alta que las epidemias anuales anteriores de los últimos cuatro años. Los niños de entre 5 y 14 años son los más afectados, según la agencia de Naciones Unidas.
En Nigeria, la epidemia se ha extendido a 32 de los 36 estados, incluida la capital, Abuya, aunque el norte sigue siendo la zona más afectada con casi el 90 por ciento de todos los casos sospechosos, y en particular los estados de Bauchi, Kano, Zamfara y Jigwa, que representan casi el 60 por ciento de los casos sospechosos.
Las malas prácticas de saneamiento, así como el consumo de agua contaminada, son algunos de los principales factores de la actual epidemia, según la coordinación humanitaria de la ONU, que ha incidido en que «la temporada de lluvias y las inundaciones» han empeorado la situación.
El Centro de Control de Enfermedades de Nigeria activó un centro de operaciones de emergencia de cólera para responder a la emergencia, pero «la inestabilidad de la situación de seguridad dificulta el acceso de los trabajadores humanitarios y de salud y la provisión de ayuda vital», ha avisado la OCHA.
En el vecino Níger, el cólera se detectó por primera vez en la región de Maradi, en la frontera con Nigeria. «Las fronteras de Níger con Nigeria son porosas y los cruces son frecuentes», detalla la ONU, dando como resultado «una propagación continua de la enfermedad».
La epidemia de cólera reapareció en Níger a principios de agosto y ha provocado la muerte de más de 156 de los 5.400 pacientes identificados en seis regiones del país, incluida la capital, Niamey. La tasa de letalidad en Níger es del 2,9 por ciento.
En este contexto, la ONU ha alertado de que la epidemia está agravando «vulnerabilidades preexistentes vinculadas al conflicto actual y otros factores agravantes». Por ejemplo, en Maradi, las actividades de los grupos armados no estatales obstaculizan el acceso de las personas desplazadas a los servicios de salud.
Tanto en Níger como en Nigeria, el cólera sigue siendo una enfermedad endémica y estacional, que ocurre cada año principalmente durante la temporada de lluvias, con mayor frecuencia en áreas donde el saneamiento es insuficiente. (Europa Press)