Ginebra.- Siria sigue siendo insegura para el regreso de los refugiados una década después del comienzo de su conflicto, dijeron ayer investigadores de la ONU que documentaron el empeoramiento de la violencia y las violaciones de derechos, incluida la detención arbitraria por fuerzas gubernamentales.
La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria dijo que la situación general es cada vez más sombría, destacando las hostilidades en varias áreas del país fracturado, el colapso de su economía, la sequedad de los ríos y el aumento de los ataques de los militantes de Estado Islámico.
«Una década después, las partes en conflicto siguen perpetrando crímenes de guerra y contra la humanidad y violando los derechos humanos básicos de los sirios», dijo el presidente de la Comisión, Paulo Pinheiro, en la publicación de su vigésimocuarto informe.
«La guerra contra los civiles sirios continúa y es difícil para ellos encontrar seguridad o refugio en este país devastado por la guerra», agregó.
Según el reporte, continuaron los incidentes de detenciones arbitrarias e incomunicadas por parte de las fuerzas gubernamentales.
«La Comisión ha continuado documentando no solo la tortura y la violencia sexual durante la detención, sino también las muertes bajo custodia y las desapariciones forzadas», indicó el comunicado de prensa.
La guerra, que se originó en un levantamiento contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad, desató la mayor crisis de refugiados del mundo. Los vecinos de Siria acogen a 5,6 millones de refugiados, mientras que los países europeos acogen a más de un millón, en medio de presiones por parte de algunos países para que regresen.
Si bien Assad recuperó la mayor parte de Siria, quedan áreas importantes fuera de su control: las fuerzas turcas están desplegadas en gran parte del norte y noroeste, el último bastión importante de los rebeldes anti-Assad, y hay fuerzas estadounidenses en el este y noreste, controlados por los kurdos. (Reuters)