El obispo nicaragüense Rolando José Álvarez Lagos, muy crítico con el régimen de Daniel Ortega, fue trasladado de su residencia, donde guardaba prisión domiciliar desde agosto pasado, al Sistema Penitenciario Nacional, conocido como la cárcel Modelo de Nicaragua.
Informó Ortega durante una cadena nacional de radio y televisión, en la que afirmó que el obispo Álvarez estaba incluido en la lista de prisioneros nicaragüenses que fueron excarcelados y expulsados el jueves hacia Estados Unidos, pero que él se negó.
Según el dictador del régimen nicaragüense, el jerarca fue trasladado por agentes policiales de su casa de habitación, en Managua, hacia la Fuerza Aérea, donde aterrizó un avión privado de EEUU, para llevarse a 222 de los que llaman presos políticos.
El sandinista dijo que el obispo estaba haciendo fila, pero antes de subir las gradas del avión, comenzó a decir que no se subiría, porque primero tendría que hablar con los obispos.
“Exige una reunión con los obispos”, criticó Ortega, quien remarcó que la decisión de expulsar a los prisioneros es una decisión del Estado nicaragüense, que no se puede cuestionar.
“No sé qué piensa este señor (Álvarez), que frente a una decisión del Estado nicaragüense, él dice que no acata, una resolución de un poder del Estado que lo está mandando a irse del país”, reprochó.
El otro prisionero que no se quiso montar al avión es Fanor Alejandro Ramos, de 50 años, porque además de delitos considerados traición a la patria, guarda prisión por almacenamiento de drogas y tenencia ilegal de armas.
“Seguramente (Ramos) tuvo temor que ya estando en los Estados Unidos, y con ese récord, lo investigaran y le encerraran en prisión allí y terminara en cadena perpetua o en la silla eléctrica”, dijo Ortega.
Ortega: “Álvarez es un hombre común y corriente”
Contrario al jerarca, relató Ortega, se subieron al avión un grupo de 11 religiosos, entre ellos sacerdotes que también guardaban prisión, y ya se encuentran en Washington.
El dictador explicó que no podían subir a la fuerza al obispo Álvarez, debido a que parte del acuerdo con las autoridades de los EEUU era que los prisioneros nicaragüenses tenían que subir por su voluntad.
Precisó que, en vez de llevarlo a su casa de habitación, donde “se le ha tratado de una manera increíble, como a ninguno en este país”, lo trasladaron a la cárcel Modelo, una prisión de máxima seguridad ubicada en las afueras de Managua, porque “él es un hombre común y corriente. El hábito no hace al monje”.
Ortega se quejó y lo calificó de un “comportamiento de soberbia de quien se considera ya el jefe de la Iglesia (católica) de Nicaragua, el líder de la Iglesia latinoamericana y que debe incluso pensar en ocupar el cargo de su santidad, el papa” Francisco.
“Está desquiciado, pero bueno, eso ya lo deberán determinar las autoridades judiciales y las autoridades médicas que tendrán también que atenderlo, porque ahora que llegó a la Modelo, negó que era un energúmeno”, anotó.
Ortega afirmó que el obispo Álvarez “estaba irritado, porque ahora sí está en la prisión” y que si está en la cárcel Modelo es porque “él lo decidió” por no subirse al avión estadounidense. (Infobae).