«En ese espacio de tiempo hemos sufrido ataques tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas de parte de estos malos peruanos», dijo el jefe del Comando Central, el general Manuel Gómez de la Torre, dando así a entender que tuvieron que recurrir a las armas de fuego para sofocar las protestas.
Sin embargo, las autoridades militares no explicaron por qué algunas de las personas que observaban todo aquello fuera de las instalaciones del aeropuerto recibieron impactos de bala, según un medio de comunicación.
Por su parte, el general Rubén Castañeda evitó hablar sobre cómo se produjeron aquellas muertes y subrayó que de no haber retomado el control del aeropuerto y con algunas de las carreteras todavía bloqueadas, el Ejército no hubiera tenido capacidad para hacer frente a las manifestaciones.
«¿Por qué intentaron tomar el aeropuerto de Ayacucho? Porque es muy importante. Sirve para llevar el personal que está reforzando la seguridad y el control tanto de la Policía Nacional como de las Fuerzas Armadas. Venimos trayendo gente de distintos puntos del país para llevarlos a Apurímac, primero, y luego a Ayacucho, que son lugares críticos», dijo el general Castañeda.
En vísperas de cumplirse dos semanas desde la destitución y detención de Castillo, cerca de 195.000 personas salieron a las calles de 144 localidades de todo el país para protestar y exigir el cierre del Congreso, la liberación del expresidente y la realización cuanto antes de elecciones anticipadas.
La Policía de Perú, informó de que se han detenido a 183 personas por actos violentos durante las protestas, que dejó varios centenares de heridos y un total de 25 fallecidos.
Como consecuencia de esta nueva crisis política en Perú, la nueva presidenta, Dina Boluarte, anunció la destitución del hasta ahora primer ministro, Pedro Angulo, quien apenas duró diez días en el cargo. Se espera que a lo largo de esta semana haga una reestructuración de su gabinete con vistas a poder encauzar la negociación en medio del descontento social. (Europa Press)