Reino Unido instó ayer a Putin a «alejarse del precipicio» con respecto a Ucrania, advirtiendo que cualquier incursión desencadenaría sanciones contra empresas y personas próximas al Kremlin.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, consideró la advertencia británica como «muy preocupante», y dijo que tales declaraciones socavaban el atractivo de las inversiones británicas y serían contraproducentes al perjudicar a las empresas británicas.
«No es frecuente ver o escuchar amenazas tan directas sobre ataques a empresas», dijo Peskov. «Un ataque de un determinado país a las empresas rusas implica medidas de represalia, y estas medidas se formularán en función de nuestros intereses si es necesario».
El primer ministro británico, Boris Johnson, tenía previsto hablar con Putin por teléfono el lunes y viajar a Ucrania.
«Lo que le diré al presidente Putin, como ya he dicho antes, es que creo que realmente todos tenemos que retroceder del borde, y creo que Rusia tiene que alejarse del precipicio», dijo Johnson a los periodistas.
La agencia de noticias TASS citó al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso diciendo que el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, hablaría por teléfono con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El Consejo de Seguridad de la ONU debía reunirse en público ayer, a petición de Estados Unidos, para debatir el aumento de tropas de Rusia. Estados Unidos describe la reunión del órgano de 15 miembros como una oportunidad para que Rusia ofrezca explicaciones.
Reino Unido impuso sanciones a unas 180 personas y 48 entidades desde que Rusia se anexionó Crimea de Ucrania en 2014.
En la lista de sanciones hay seis personas que según Londres son cercanas a Putin: los empresarios Yuri Kovalchuk, Arkady Rotenberg y Nikolai Shamalov, el exoficial del KGB Sergei Chemezov, el secretario del Consejo de Seguridad ruso Nikolai Patrushev y el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB) Alexander Bortnikov.
Las sanciones permiten a Reino Unido congelar los activos de los individuos y prohibirles la entrada en el país. (Reuters)