“En el caso de las acciones de Rusia en Ucrania hemos examinado las pruebas, conocemos las normas legales, y no existe duda: se trata de crímenes contra la humanidad”, dijo Harris en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
“Y digo a todos los que perpetraron estos crímenes, y a sus superiores cómplices de los mismos, que tendrán que rendir cuentas”.
La determinación oficial, que se produjo al final de un análisis jurídico dirigido por el Departamento de Estado, no conlleva consecuencias inmediatas para la guerra en curso.
Pero Washington espera que pueda contribuir a aislar aún más al presidente ruso, Vladimir Putin, e impulsar los esfuerzos legales para que los miembros de su gobierno rindan cuentas a través de tribunales y sanciones internacionales.
Harris dijo que Rusia es un país “debilitado” luego de que el presidente Joe Biden encabezara una coalición para castigar a Putin por la invasión.
Rusia sigue intensificando los asaltos en el este del territorio de su vecino, mientras que Ucrania planea una contraofensiva en la primavera boreal, para la que busca obtener más armas, más pesadas y de mayor alcance, de sus aliados occidentales.
La guerra de casi un año de duración dejó decenas de miles de muertos, desarraigado a millones de personas de sus hogares, golpeado la economía mundial y convertido a Putin en un paria en Occidente.
Washington ya había llegado a la conclusión de que el Ejército ruso era culpable de crímenes de guerra, al igual que una investigación ordenada por la ONU.
Pero la conclusión del Gobierno de Biden de que las acciones de Rusia equivalen a crímenes contra la humanidad implica un análisis jurídico de que los actos, desde el asesinato a la violación, son generalizados, sistemáticos y dirigidos intencionadamente frente a civiles. En el derecho internacional, se considera un delito más grave.
La Comisión de investigación sobre Ucrania, respaldada por la ONU, aún no concluyó que los crímenes de guerra que dice haber identificado constituyan crímenes de lesa humanidad. (Reuters).