Un bombardero estratégico B-1B estadounidense participó ayer en las maniobras aéreas desplegadas conjuntamente con Corea del Sur, indicó un responsable del Ministerio de Defensa surcoreano.
Este anuncio es una demostración de fuerza después del lanzamiento de una treintena de misiles balísticos esta semana por parte de Corea del Norte, uno de los cuales cayó dentro de aguas territoriales surcoreanas.
Estados Unidos y Corea del Sur consideran que esta andanada de disparos puede culminar con un ensayo nuclear de Corea del Norte, el primero desde 2017, por lo que decidieron ampliar un día estos ejercicios.
Un responsable del ministerio indicó que un bombardero estratégico B-1B de la Fuerza Aérea de Estados Unidos participó ayer en el último día de estos ejercicios bautizados como Tormenta Vigilante, que inicialmente debían desarrollarse entre lunes y viernes.
El régimen comunista liderado por Kim Jong-Un multiplicó su actividad militar esta semana como protesta por estos ejercicios aéreos, los más importantes jamás realizados por Seúl y Washington, con cientos de aviones movilizados por cada lado.
Los expertos señalan que Pyongyang se muestra especialmente irritado ante estas maniobras dado que la fuerza aérea es uno de los puntos débiles de su ejército, que carece de aviones punteros y pilotos entrenados debidamente.
Aun así, Seúl hizo despegar a decenas de cazas después de detectar la movilización de 180 aviones norcoreanos.
Aunque el B-1B ya no va equipado con armas nucleares, la Fuerza Aérea estadounidense lo define como la columna vertebral de los bombarderos de largo alcance de Estados Unidos que pueden atacar en cualquier lugar del mundo
“Tormenta Vigilante” es el mayor ejercicio aéreo combinado de Corea del Sur y EEUU desde 2017 e incluye la movilización de cazas F-15, F-16, EA-18G (la versión del cazabombardero F-18 adaptada para escenarios de guerra electrónica), F-35A y F-35B, que a diferencia del F-35A puede realizar despegues en corto y despegues y aterrizajes en vertical.
Es la primera vez que el Pentágono llevó unidades del F-35B a territorio surcoreano, un factor que puede haber enfurecido especialmente a Pyongyang, que el martes ya amenazó con responder de manera contundente a estos juegos de guerra.
Pyongyang calificó los simulacros aéreos conjuntos, bautizados como “Tormenta Vigilante” como “un ejercicio militar agresivo y provocador dirigido” a Corea del Norte, y amenazó con que Washington y Seúl “pagarán el precio más horrible de la historia” si continúan. (Infobae)