Según detalló Blinken, este histórico acuerdo alcanzado entre ambas partes en 1979 fue fundamental para que Estados Unidos y China no hayan entrado en guerra por el dominio de la isla, sobre la que Pekín se considera soberana.
«Lo que ha cambiado es esto: una decisión del Gobierno en Pekín de que ese ‘statu quo’ ya no era aceptable, que querían acelerar el proceso mediante el cual buscarían la reunificación», señaló Blinken.
El representante de la diplomacia estadounidense afeó así el cambio de rumbo de China con respecto a la isla y sus maniobras en el estrecho de Taiwán, que han derivado en una escalada de las tensiones. Pekín, sin embargo, acusa también a Washington de apoyar a Taipéi después de la polémica visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a principios de agosto.
Para Blinken, Pekín apostó por ejercer más presión sobre Taiwán y dificultar la vida en la isla para así tratar de acelerar el proceso de reunificación. Estas declaraciones del secretario de Estado van en la línea con las lanzadas hace apenas una semana.
En la oportunidad, Blinken advirtió de que el Gobierno de China estaba tratando de apoderarse de Taiwán en un lapso mucho más rápido de lo que se pensaba anteriormente, unas palabras que despertaron cierta polémica pero que el alto funcionario estadounidense ha mantenido.
Este mensaje de Blinken también se produce tras la celebración del Congreso del Partido Comunista de China, dos veces por década y que en esta ocasión servió para reafirmar el poder del presidente, Xi Jinping.
La tensión entre China y Estados Unidos está viviendo un nuevo episodio desde los últimos meses, después de que la polémica visita de Pelosi a Taiwán, a la que Pekín respondió interrumpiendo conversaciones con Washington y llevando a cabo una serie de maniobras militares cerca del estrecho.
En la última década al menos 150 congresistas de Estados Unidos viajaron de forma oficial a Taiwán, entre ellos 34 durante la actual Administración de Joe Biden. Este tipo de encuentros son vistos con recelo por Pekín, que los considera una amenaza a su soberanía, además de una violación de la ley de una sola China que firmó en 1979 con Washington. (Europa Press)