Al menos trece personas fallecieron a causa de los incendios que azotan las zonas centro y sur de Chile, arrasaron aproximadamente 20.000 hectáreas, informaron autoridades ayer, horas después de ampliar la declaración de estado de catástrofe para las dos regiones más afectadas por el fuego, además en una ola de calor.
Las víctimas se registraron en la localidad de Santa Juana, en la región del Biobío, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, que, junto con su vecina región de Ñuble, son las más golpeadas por los siniestros.
“Tenemos que lamentar que supimos de la confirmación de cuatro personas fallecidas”, dijo la ministra del Interior Carolina Tohá al entregar un balance, precisando que las víctimas perdieron la vida mientras se desplazaban en vehículos por la zona.
Tohá dijo que en uno de los casos murieron calcinados y en otro sufrieron un accidente probablemente escapando del fuego. No había más información disponible de momento sobre las víctimas, explicó.
“Además hay otras situaciones que se están evaluando de las cuales aún no tenemos información fidedigna”, añadió la ministra, que también mencionó datos recientes sobre bomberos heridos de gravedad.
También informó que reforzarán los equipos terrestres y la flota de 63 aviones disponibles actualmente para combatir los incendios, que el país espera respuesta de firmas en Brasil y Argentina para proveer más naves y que se firmó un contrato para la llegada el lunes de un avión Ten Tanker, con capacidad de 36.000 litros de agua.
“Las condiciones en los próximos días van a ser de mucho riesgo”, dijo Tohá, señalando que a nivel nacional a la tarde del viernes existen 39 incendios en combate concentrados en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía.
Más temprano el viceministro del Interior Manuel Monsalve dijo a periodistas en Ñuble, luego de una reunión de coordinación local, que “estamos cerca de las 20.000 hectáreas consumidas” por los incendios.
El presidente Gabriel Boric, que estaba fuera de sus funciones tomando sus vacaciones por el verano austral, suspendió su descanso y viajaba por la tarde a las dos regiones más afectadas.
Los incendios dejaron un centenar de viviendas dañadas por el fuego y se desplegó una red de albergues para recibir a las familias. En rutas y autopistas hay cortes de tránsito debido al fuego y numerosos municipios de la zona fueron evacuados.
Las dos regiones bajo catástrofe, de intensa actividad agrícola y forestal, tienen una población de casi dos millones de habitantes y están ubicadas a partir de 400 kilómetros al sur de Santiago. Entre ambas suman 37.000 kilómetros cuadrados de superficie.
La declaración de catástrofe que se decreta en situaciones de calamidad pública implica despliegue de fuerzas armadas, control de la seguridad pública y mayor coordinación en el combate a los incendios, en este caso.
Los pronósticos hasta ayer contemplaban temperaturas de más de 40 grados centígrados para Chillán, capital de Ñuble, donde el jueves se registraron grandes focos. También se prevé que soplen vientos intensos en la zona.
La estatal Corporación Nacional Forestal (Conaf) alertó que podrían generarse nuevos focos debido a estas condiciones. (Reuters).