Guayaquil (Ecuador).- Ante dos datos oficiales que informan sobre al menos 116 fallecidos y cerca de 80 heridos, todos presos, BBC Mundo investigó cuatro claves que explican que hay detrás de la masacre carcelaria en Ecuador.
Ese fue el saldo que dejó el último enfrentamiento entre bandas rivales en el Centro de Privación de Libertad Número 1 en Guayaquil, Ecuador, un evento que se convirtió en el más sangriento de la historia carcelaria del país.
La mañana del pasado martes un gran número de detonaciones de armas de fuego y explosiones en varios pabellones del recinto activaron las alertas de las autoridades.
Tras una intervención policial, los agentes encontraron cadáveres tiroteados y huellas dejadas por granadas en los pabellones de la penitenciaría.
Según la prensa local, varias víctimas fueron mutiladas. En cinco casos hubo decapitaciones. En otros, cortes de extremidades.
Ayer, las autoridades retomaron el control «total», según el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas privadas de libertad y Adolescentes Infractores (SNAI).
Este es el tercer motín que se registra en una cárcel ecuatoriana en lo que va de 2021, tras los ocurridos en febrero y en julio, que dejaron 79 y 22 muertos, respectivamente.
LUCHA DE PODER
El presidente Guillermo Lasso calificó de «lamentable» que las bandas delincuenciales «pretendan convertir las cárceles en un territorio de disputa del poder», antes de decretar el estado de excepción nacional en las prisiones.
Luego, la fiscalía confirmó que los principales detonantes de los enfrentamientos habrían sido la lucha «por ostentar el poder» en el recinto penitenciario y la intención de las autoridades de trasladar a los cabecillas de organizaciones delictivas a otros centros penitenciarios del país.
En los centros carcelarios ecuatorianos operan varias bandas delictivas y cada una de ellas busca hacerse con el máximo poder de las cárceles y están ligadas al narco mexicano.
«Una es la megabanda de Los Choneros, que está ligada al Cártel de Sinaloa; otras son los Tiguerones, Los Lobos y Los Largartos, que están ligadas al Cártel de Jalisco Nueva Generación», dijo a BBC Mundo el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia militar y ahora analista en seguridad y defensa.
«Estas bandas se enfrentaron entre sí por un control territorial. Trataron de tomar el Pabellón 5, en el que ya estaba una estructura delictiva. Esto desencadenó un enfrentamiento. Mataron a algunos inicialmente y luego vino la represalia», resumió.
Sólo en el Pabellón 5 hubo más de 60 muertos. Pero la violencia se extendió rápidamente a otros puntos del Centro de Privación de Libertad Número 1.
NARCOTRÁFICO
Los Choneros, Los Lobos y Los Largartos, entre otras bandas, no sólo se disputan el liderazgo de la cárcel.
El portal especializado Insight Crime explicó que los grupos criminales ecuatorianos tradicionalmente operan de manera fragmentada, actuando fundamentalmente como subcontratistas de organizaciones criminales extranjeras.
Además, el director del Centro de Inteligencia Estratégica de Ecuador, Fausto Cobo, dijo a Reuters que la violencia está «conectada con otros temas graves» al ser consultado si los enfrentamientos estaban relacionado con el narcotráfico.
«Este es un tema que va más allá del asunto penitenciario, ésta es una amenaza contra el Estado ecuatoriano», agregó.
Lo que se disputan las bandas ecuatorianas no es cualquier cosa. Como también destaca Insight Crime, en los últimos años Ecuador se ha convertido en la «autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa.»
Según fuentes de antinarcóticos citadas por el portal, como resultado de los cambios de estrategia de los narcotraficantes colombianos, «más de un tercio de la creciente producción de cocaína en Colombia llega actualmente a Ecuador».
El año pasado, la Policía Nacional decomisó 128,4 toneladas de droga, la mayor incautación en la última década, según datos del Ministerio de Gobierno ecuatoriano.
Estas cifras muestran que el narcotráfico en Ecuador está en aumento.
«Las bandas necesitan mantener el control, especialmente en las cárceles de Guayaquil, pues ahí está la principal ruta y el punto de partida: el Golfo de Guayaquil y el Puerto de Guayaquil», explicó el exjefe de inteligencia Pazmiño.
«De allí sale más de la mitad de toda la cocaína que ingresa desde Colombia», añadió.
Pazmiño recordó que como en Guayaquil operan tanto el Cártel de Sinaloa como el de Jalisco Nueva Generación, cada banda asociada «necesita atemorizar» a su rival.
«Necesitan establecer un control territorial y eso lo hacen a base de fuego y sangre. Esta situación no sólo se ve en las cárceles, sino que es un reflejo palpable de lo que se vive en algunos barrios de la ciudad de Guayaquil, en los que se ven combates permanente por el otro problema: el microtráfico», añadió.
CORRUPCIÓN
Según el informe «La crisis del sistema penitenciario en Ecuador», publicado en 2006 por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en las cárceles ecuatorianas opera un sistema de corrupción fundado en una relación personalista entre funcionarios e internos.
El coronel Mario Pazmiño aseguró que, 15 años después, no sólo todavía es así, sino que la corrupción se ha intensificado.
«Hace 15 años no había una penetración tan grande del crimen organizado transnacional en el país. Creo que este tipo de acción en el sistema carcelario se ha incrementado por la presencia de las megabandas que controlan directamente el sistema carcelario», afirmó.
Según el experto, las bandas manejan un primer círculo, en el que está la Policía Nacional, pero también círculos que involucran a los guías penitenciarios y a los mismos administradores de estos centros «amenazados por las megabandas», precisó.
En julio pasado, Fausto Cobo, entonces director del SNAI, la institución que rige todas las cárceles en Ecuador, advertía que la crisis en las prisiones del país es efecto de la influencia e infiltración del narcotráfico en todas las instancias del Estado.
Una de las formas de la corrupción en las cárceles ecuatorianas se da a través del contrabando de mercancías.
Como la comida que se reparte en los centros es típicamente de mala calidad, muchos reclusos dependen de sus familias para alimentarse.
Pero el ingreso de los alimentos no es gratis.
«Hacer pasar una botella de agua puede costar cerca de $us 4», explicó Pazmiño.
Y el comercio no se limita a productos alimenticios: «Un cartucho puede costar hasta $us 5, un revolver hasta US$4.000, un fusil puede estar sobre los $us15.000 y un teléfono US$500. En fin, todo tiene un precio». (BBC Mundo)
Hacinamiento
Si bien se ha reducido con respecto a años anteriores, el hacinamiento sigue dificultando la adecuada gestión de las cárceles ecuatorianas.
Según el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), la capacidad carcelaria ecuatoriana es de 28.500 personas.
Pero en mayo de 2019, cuando el gobierno decretó el primer estado de excepción, el número de reos sumaba 41.836, un hacinamiento del 42%.
Desde entonces, el número se ha reducido, pero no lo suficiente.
Según cifras del SNAI, los aproximadamente 38.000 presos en el sistema actual suponen un hacinamiento del 33%.
Y las cárceles de Cuenca, Guayaquil y Latacunga concentran el 70% de todos esos reos.
Como explica el sitio especializado Insight Crime, la superpoblación de las cárceles es un fenómeno regional que resulta en problemas de derechos humanos y en la falta de control sobre los sistemas penitenciarios. (BBC Mundo)
Agentes buscan identificar cuerpos
Ecuador trataba de identificar ayer los cuerpos de los 116 reclusos asesinados durante un motín en una de sus principales cárceles a principios de esta semana, el último episodio de violencia que las autoridades han vinculado con pandillas que compiten por el control de rutas del narcotráfico.
Decenas de familiares de reclusos de la Penitenciaría del Litoral en la ciudad más grande del país, Guayaquil, se reunieron frente a la morgue de la policía en busca de información sobre sus seres queridos, luego del acto de violencia carcelaria más mortífero en la historia del país sudamericano, en el que también resultaron 80 reclusos heridos.
Los investigadores policiales pedían a los familiares fotografías de los presos o detalles de rasgos como cicatrices o tatuajes para ayudarse en la identificación de los cuerpos.
La comandante de la Policía Nacional, Tannya Varela, dijo a periodistas que el recuento de víctimas todavía podría aumentar, ya que los oficiales aún estaban levantando información al interior de la cárcel.
Ayer por la madrugada, la entidad envío a 400 agentes para recuperar el control del centro de detención. Grupos de militares también ingresaron a la prisión.
«Posiblemente podrían existir otros cuerpos dentro del centro penitenciario y también podrían fallecer personas que se encuentran heridas», agregó Varela.
La violencia se produjo después de que 79 y 22 presos murieran en disturbios carcelarios en febrero y julio de este año. Las autoridades han vinculado los enfrentamientos anteriores de pandillas locales rivales con nexos a grupos criminales transnacionales que se disputan el control del tráfico de drogas en Ecuador.
Según el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia del Ejército de Ecuador, los enfrentamientos han aumentado y se han vuelto más sangrientos a medida que los cárteles de droga internacionales, como los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, han formado alianzas con las pandillas locales.
Si bien no es un gran productor de droga, Ecuador es un importante centro de tránsito de cocaína producida en los vecinos Colombia y Perú con destino a Estados Unidos y Europa, gran parte de ella ocultada en contenedores de carga legítimos que parte del puerto de Guayaquil, según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos de marzo del 2021.
«Esta presencia del narcotráfico se ve reflejada en una pelea permanente por los corredores y los espacios territoriales desde donde sale la droga y se ve replicado en los centros carcelarios y también en las ciudades donde se hacen los ajusticiamientos y las actividades de sicariato», agregó Pazmiño a Reuters.
El director del Centro de Inteligencia Estratégica de Ecuador, Fausto Cobo, dijo que la violencia está «conectada con otros temas graves» al ser consultado la noche del miércoles si los enfrentamientos estaban relacionados con el narcotráfico. «Este es un tema que va más allá del asunto penitenciario, esta es una amenaza contra el Estado ecuatoriano». (Reuters)
Falleció preso a un mes de su libertad
Afuera de la morgue en Guayaquil, Paola Moreira esperaba noticias de su hermano Bryan, de 24 años, quien iba a salir en libertad de la Penitenciaría del Litoral en un mes.
«Me llamó el miércoles a las doce del día y me decía que por favor lo ayude, que estaba matado a todos los del pabellón 5, que sólo quedaban dos vivos, pero nosotros estábamos atados de manos y no podíamos hacer nada por él», relató Moreira.
La Fiscalía de Ecuador dijo en Twitter que junto con la Policía «trabajan en la identificación de cadáveres de las personas privadas de la libertad asesinadas», de las cuales al menos seis, dijo el martes, he sido decapitadas.
El hacinamiento en las cárceles y la falta de fondos es un problema importante en América del Sur y ha contribuido a los disturbios en los últimos años en Argentina, Brasil y Venezuela, así como en Ecuador. El presidente Guillermo Lasso dijo el miércoles que liberaría más fondos y enviará a fuerzas de seguridad adicionales en las cárceles del país.
«Matan a tantos muchachos, esto no puede seguir pasando», agregó Moreira, de 26 años, en medio del llanto y la desesperación. (Reuters)