Buenos Aires.- La crisis por pandemia agudiza pobreza en Argentina, así lo refleja Eduardo David Rodríguez, quien carga bolsas de frutas y verduras en el Mercado Central de Buenos Aires para mantener a su familia, pero desearía trabajar más para tener una casa propia con baño, agua corriente y gas.
Con 40 años, Rodríguez es uno más de casi la mitad de los argentinos que vive en la pobreza, una condición agravada por la pandemia de coronavirus tras años de crisis económica en el país.
«Vengo dos veces por semana (al Mercado Central) desde las 2 de la mañana hasta las 12 del mediodía. Con eso tiro toda la semana para que coma mi familia, que somos cuatro (…) más algunas cositas que los puesteros me dan, como cebollas y papas, para alcance que el plato de comida «, dijo Rodríguez a Reuters.
«No tenemos otra cosa que venir acá y llevar el pan de cada día a la familia», agregó y contó que gana unos 12.000 pesos mensuales (unos 60 dólares).
La situación refleja el problema que afecta a los argentinos desde hace años: muchos son pobres a pesar de contar con empleo.
Tras años de recesión y alta inflación, la incipiente reactivación de la economía en los últimos meses aún no se siente en los sectores bajos.
En 2020 el índice de pobreza alcanzó al 42 % de los 45 millones de argentinos. El desempleo llegó este año al 9,6 %.
Para evitar que la mayoría de la clase baja caiga en la indigencia, muchos reciben subsidios estatales pero, con una inflación del 51,4 %, la ayuda apenas alcanza para subsistir.
«Para comer, nos alcanza a veces ahí nomás. No nos damos lujos pero, bueno, gracias a Dios no nos falta para comer, pero para comprar vestimenta para los chicos, nos cuesta muchísimo», dijo María Eugenia González, la esposa de Rodríguez, de 39 años, que recibe un subsidio estatal de 13.000 pesos (unos 65 dólares).
Además del subsidio, González percibe un salario de 14.000 pesos mensuales (70 dólares) por su trabajo en una firma cooperativa municipal, donde lidera a un grupo de cinco personas cuya función es destapar las bocas de tormenta de las calles de su barrio.
Rodríguez y González viven en el humilde Barrio Obrero, en el suburbio de Lomas de Zamora, donde habitan una casa prestada por un familiar -que solo tiene electricidad- junto a dos de sus cuatro hijos. En pareja desde la adolescencia y con dos nietos, entre ambos completan un ingreso familiar mensual de 39.000 pesos (195 dólares).
Una familia de cuatro integrantes en Argentina es considerada pobre si percibe menos de 67.000 pesos mensuales, según datos de julio del organismo oficial de estadísticas, Indec.
En sus ratos libres, Rodríguez da clases de fútbol a niños y jóvenes humildes para que puedan desarrollar la carrera profesional que hubiera deseado tener y no pudo, a pesar de tener talento para este deporte.
«Yo amo el estar con los chicos y vengo a hacerlo sin ningún compromiso y sin ningún sueldo, lo hago de corazón, porque la verdad esto es lo que me saca adelante día a día», contó. (Reuters)