Lisboa.- El aumento de las temperaturas en Portugal y España obligaron a las autoridades a poner ayer a más de la mitad del país en “alerta roja” y a desplegar cientos de bomberos para combatir los incendios que se están produciendo en la región central, en medio de una ola de calor.
Con temperaturas superiores a los 40 grados centígrados en muchas partes, un importante incendio forestal que comenzó la semana pasada en la zona de Santarém, al norte de Lisboa, se reavivó el martes debido a los fuertes vientos. Otro incendio cercano provocó el cierre de las dos principales rutas que conectan Lisboa con la ciudad norteña de Porto.
Alrededor de 1.600 bomberos, apoyados por 430 vehículos y 25 aviones, enfrentaron 19 incendios activos, según el sitio web de la Protección Civil, mientras la alerta roja, el nivel más alto, señalaba una situación meteorológica extremadamente peligrosa.
España también enfrenta un alto riesgo de incendios forestales, siendo las regiones de Extremadura y Castilla y León las que más preocupan, según las autoridades. La provincia gallega de Ourense, en el noroeste del país, estaba en “alerta roja”, ya que se espera que las temperaturas alcancen los 42 grados.
“Efectivamente ha sido una temporada con más calor que otros años. (…) Está costando”, dijo Edison Vladimir, repartidor de 42 años en Madrid.
En la capital portuguesa, repleta de turistas, la gente intentaba mantenerse fresca consumiendo agua o helados o dirigiéndose a la orilla del río o a las playas cercanas.
En una pequeña zona de playa junto al río Tajo, una pareja británica y su hijo pequeño disfrutaron del sol de la mañana antes que hiciera demasiado calor para salir.
“Estuvimos pendientes del tiempo antes de venir y sabíamos que iba a hacer calor, (…) está bastante parecido en el Reino Unido, pero allí no tenemos aire acondicionado”, señaló Megan Slancey, de 28 años.
La oficina meteorológica británica emitió un aviso de calor extremo, mientras las temperaturas siguen aumentando esta semana y a principios de la próxima en gran parte de Inglaterra y Gales. (Reuters)