La decimocuarta prueba conocida de Corea del Norte este año ocurre días antes del 10 de mayo, cuando el nuevo presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, asuma. La última prueba de Pyongyang, el 16 de abril, consistió en una nueva arma táctica guiada destinada a aumentar su capacidad nuclear.
El Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur dijo que detectó el lanzamiento hacia el mediodía en el área de Sunan de la capital Pyongyang, donde se encuentra un aeropuerto internacional y la zona desde la que Corea del Norte dijo haber disparado su mayor misil balístico intercontinental (ICBM), el Hwasong-17, el 24 de marzo.
El misil voló unos 470 kilómetros hasta una altitud máxima de 780 kilómetros, dijo el JCS.
«La reciente serie de lanzamientos de misiles balísticos de Corea del Norte supone una grave amenaza para la paz y la estabilidad no sólo de la península coreana, sino también de la comunidad internacional», señaló el JCS en un comunicado, en el que instó a Corea del Norte a poner fin inmediatamente a esas acciones.
Las oficinas de los presidentes saliente y entrante de Corea del Sur condenaron enérgicamente el lanzamiento, y el equipo de Yoon prometió responder estrictamente a tales acciones e idear «medidas disuasorias más fundamentales».
Estados Unidos también condenó el ensayo y reiteró sus llamados a Pyongyang para que vuelva a dialogar sobre sus programas nuclear y de misiles.
«Al igual que las recientes pruebas de la RPDC de al menos tres misiles balísticos intercontinentales, este lanzamiento es una clara violación de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas», indicó un portavoz del Departamento de Estado, usando las siglas del nombre oficial de Corea del Norte, República Popular Democrática de Corea.
Agregó que el lanzamiento mostraba la amenaza que los programas de armamento suponen para los países vecinos y la región.
El Ejército estadounidense instó a Pyongyang a abstenerse de realizar más acciones desestabilizadoras.
«Aunque hemos evaluado que este suceso no supone una amenaza inmediata para el personal y el territorio estadounidenses o los de nuestros aliados, seguiremos vigilando la situación», apuntó en un comunicado.
En Seúl, funcionarios y expertos dijeron que era demasiado pronto para decir si la última prueba usó otro ICBM.
Lee Jong-sup, elegido por Yoon como ministro de Defensa, dijo en su audiencia de confirmación que «podría ser un ICBM o algo de menor alcance».
El viceministro de Defensa japonés, Makoto Oniki, situó el alcance del misil en 500 km y su altitud máxima en 800 km. Dijo que el ministerio todavía estaba analizando los datos para determinar su tipo.
«La reciente acción de Corea del Norte, incluyendo los frecuentes lanzamientos de misiles, no puede ser tolerada, ya que supone una amenaza para la seguridad de la región y la comunidad internacional», aseguró el primer ministro Fumio Kishida a periodistas, añadiendo que Japón había registrado una protesta contra Corea del Norte. (Reuters)