Militares de Sudán que restablezcan el gobierno de transición y que actúen «con la máxima moderación» después de un golpe de Estado liderado por el presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, contra el primer ministro sudanés, Abdalá Hamdok, mientras que ha adelantado que continuará monitorizando la situación en el país.
Tras una reunión celebrada este jueves, los miembros del consejo han expresado «su profunda preocupación por la toma militar» en el país africano, así como por «la suspensión de algunas instituciones de transición, la declaración del estado de emergencia y la detención de Hamdok y otros miembros civiles del gobierno de transición».
En este contexto, pidieron la liberación «inmediata» de todos estos detenidos, tras «tomar notar del regreso del primer ministro», mientras que han exhortado a las partes a que «ejerzan la máxima moderación y se abstengan del uso de la violencia», según un comunicado que ha compartido la misión de Estonia en la ONU.
Los miembros del Consejo de Naciones Unidas han alertado de que «cualquier intento de socavar el proceso de transición democrática en Sudán pone en peligro la seguridad, la estabilidad y el desarrollo» en el país, mientras que han subrayado su «firme compromiso» con «la soberanía, la independencia y la integridad territorial y la unidad nacional».
Asimismo, recordó «la importancia del pleno respeto de los Derechos Humanos, incluido el derecho de reunión pacífica y la libertad de expresión» a la vez que han pedido «a las autoridades militares de Sudán que restablezcan el gobierno de transición liderado por civiles sobre la base del Documento Constitucional» y la transición.
«Instamos a todas las partes interesadas a entablar un diálogo sin condiciones previas, con el fin de permitir la plena aplicación del Documento Constitucional y el Acuerdo de Paz de Juba, que sustentan la transición democrática de Sudán», reclamaron.
Por último, aprovecharon la ocasión para expresar su «solidaridad» con el pueblo sudanés y afirmar su «disposición a apoyar los esfuerzos para llevar a cabo la transición de una manera que haga realidad las esperanzas y aspiraciones del pueblo sudanés de una vida inclusiva, pacífica, democrática y futuro próspero».
Al Burhan defendió el martes la asonada y denunció que las fuerzas políticas «querían monopolizar» la transición, tras varias semanas de tensiones y acusaciones entre civiles y militares, antes de prometer que el Ejército «no interferirá» en la formación del nuevo Ejecutivo.
Sudán fue escenario a mediados de septiembre de un intento de golpe de Estado, según apuntaron las autoridades de transición, a cargo de un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas supuestamente vinculados con el expresidente Omar Hasán al Bashir, derrocado en 2019 en una asonada tras meses de masivas manifestaciones en su contra.
Las autoridades de transición fueron instauradas tras un acuerdo entre la junta militar anterior, surgida tras el golpe de Estado de 2019, y diversas organizaciones civiles y formaciones políticas opositoras. Este Gobierno ha iniciado una batería de reformas sociales y económicas y ha alcanzado un acuerdo de paz con importantes grupos rebeldes de Darfur y otras zonas del país.
Sin embargo, la intentona de septiembre derivó en un intercambio de críticas y acusaciones entre los elementos civiles y militares que ha ahondado la crisis política, incluidas peticiones por parte de Al Burhan para disolver el Gobierno, que han derivado en los últimos días en manifestaciones enfrentadas a favor de las autoridades de transición y el Ejército. (Europa Press)