El Senado dio el visto bueno ayer a la medida decretada por el presidente Lula con el voto en contra de algunos de los socios de Jair Bolsonaro, un día después del aval dado por la Cámara de los Diputados, donde los seguidores del expresidente brasileño optaron por salir antes de la votación.
La medida, aprobada en ambas cámaras por unanimidad en una votación simbólica, estará vigente hasta finales de enero. “El pueblo quiere respeto por la ley, las instituciones y el patrimonio público. La mejor respuesta que podemos dar ahora es más democracia”, dijo el presidente de la Cámara, Arthur Lira.
A pesar de que la medida contó con el aval unánime de la Cámara, algunos bolsonaristas, como las diputadas del Partido Liberal (PL) Carla Zambelli y Bia Kicis, intentaron postergar la votación con el argumento de contar con más tiempo para analizar el decreto presidencial.
Para Kicis, la medida no estaba justificada ya que la situación en Brasilia ya estaba bajo control. “La Policía intentó contenerlo, hubo fallos, pero es preciso decir que ya fue controlado”, argumentó. El PL y los también liberales de Partido Novo fueron las dos únicas bancadas de la Cámara que se abstuvieron de votar.
Si bien el decreto de intervención federal tiene valor de ley desde que se estampa la rúbrica del presidente, necesita aprobación de las dos cámaras del Congreso, que puede autorizar o rechazar el texto sin modificarlo.
El pasado domingo, tras el asalto a las sedes de los tres poderes del Estado, el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes ordenó el cese momentáneo del gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, así como del secretario de Seguridad, Anderson Torres, por omisión de sus funciones y convivencia con los asaltantes.
Las autoridades de Brasilia fueron ampliamente cuestionadas por su gestión de la crisis política, criticando la pasividad con la que actuaron mientras tenía lugar el asalto, entre otros, del Palacio del Planalto.(Europa Press)