Durante un análisis de rutina de muestras biológicas de los cóndores de California en el programa de reproducción del zoológico, los científicos encontraron que dos polluelos de cóndores habían nacido de huevos no fertilizados.
«Fue una gran sorpresa, para ser honesta. No esperábamos encontrar nada de esto», dijo Cynthia Steiner, directora asociada de la división de investigación de conservación de la alianza.
Steiner además es coautora del estudio presentado la semana pasada en el Journal of Heredity, la publicación oficial de la American Genetic Association.
Los científicos confirmaron que cada polluelo estaba relacionado genéticamente con su madre, pero ninguno estaba relacionado genéticamente con un macho. Las dos aves representan los dos primeros casos de reproducción asexual, o partenogénesis, que se confirma en la especie de cóndor de California, afirmó el zoológico.
«Es un descubrimiento muy raro porque no es muy conocido en las aves en general. Por lo tanto, se conoce en otras especies, en reptiles y peces, pero en las aves es muy raro, en particular en las especies silvestres», indicó Steiner.
Steiner señaló que el descubrimiento fue particularmente sorprendente, porque ambas hembras fueron alojadas continuamente con parejas masculinas fértiles y ya habían producido polluelos mientras estaban emparejadas con un macho.
La reproducción asexual nunca antes se había confirmado en ninguna especie de ave en la que la hembra tuviera acceso a una pareja.
«En algún momento decidieron, por alguna razón, entrar también en la reproducción asexual», sostuvo Steiner.
Ambos polluelos tenían bajo peso cuando nacieron, agregó Steiner. Uno fue liberado y murió a la edad de dos años en 2003, mientras que el otro sobrevivió durante ocho años en cautiverio y murió en 2017.
El cóndor de California es una de las especies de aves más raras del mundo, pero su población está aumentando. Steiner precisó que ahora hay unos 500 vivos: 200 en cautiverio y 300 en estado silvestre.
La científica espera seguir estudiando la reproducción asexual en las aves para ver si continúa ahora que hay más cóndores en la naturaleza.
«Queremos saber con qué frecuencia podría estar ocurriendo este fenómeno ahora que la población se está expandiendo en lugar de contraerse como antes, en la década de 1980», concluyó. (Reuters)