Un preocupante y franco retroceso de la libertad de prensa se registra en las Américas. Ello se evidencia en el aumento de los asesinatos de periodistas, así como en la intensificación de prácticas de persecución y criminalización judicial que desembocan en detenciones y exilios de integrantes de los medios del continente.
Este panorama, que genera alarma y socava las condiciones democráticas de la región, se constata en los informes semestrales de cada país aprobados por la 78ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), reunida en Madrid de forma presencial luego de más de dos años de encuentros virtuales debido a la pandemia.
Los 25 periodistas asesinados en los últimos seis meses fueron el hecho que generó mayor condena e indignación por parte de los más de 200 editores de medios que asistieron al encuentro. La cifra asciende a 40 si se considera el período desde la 77ª asamblea, realizada en octubre de 2021.
Nuevamente México fue el país con mayor número de víctimas, con 11 homicidios de periodistas y trabajadores de medios desde abril último, sin que las autoridades de esa nación hayan logrado combatir de forma eficaz esta dolorosa tragedia.
Los otros países donde se registraron asesinatos fueron Colombia (3), Haití (3), Ecuador (2), Honduras (2), Estados Unidos (1), Paraguay (1), Brasil (1) y Chile (1). Además, en Colombia prescribieron, en medio de la impunidad, tres casos de periodistas asesinados en 2002.
Durante la reunión fue entregado el gran Premio Libertad de Prensa de la SIP, en calidad de homenaje póstumo, a 20 periodistas que fueron asesinados en México durante los últimos 12 meses.
La asamblea exhortó a gobiernos y autoridades a que asignen prioridad a las investigaciones que permitan capturar a los culpables de los asesinatos de periodistas en la región. Además, instó a promover medidas que garanticen la protección del personal de prensa, tema que también fue discutido durante las sesiones, en busca de crear mecanismos adicionales y sistemas que contribuyan a fortalecer la seguridad de los integrantes de los medios en condiciones de riesgo.
En ese sentido, Ecuador y Paraguay están creando sistemas de protección para periodistas, que se sumarán a los de Brasil, Colombia, Honduras y México.
Pero no solo mediante el asesinato se intenta silenciar las voces de una prensa libre que investiga, denuncia y cuestiona. En este período, la persecución mediante intimidaciones y la criminalización judicial llevó al exilio a 29 periodistas y mantiene en prisión, en muchos casos en condiciones infrahumanas, a 15 comunicadores y trabajadores de medios, ya sea por expedientes en curso o por condenas dictadas sin juicios justos.
El caso de Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, sigue siendo el más alarmante. Seis periodistas condenados permanecen en prisión, en tanto que dos trabajadores del diario La Prensa siguen detenidos. Al menos 15 periodistas salieron al exilio y ya son más de 150 los que han vivido la misma situación en los últimos cuatro años. El gobierno continuó cerrando medios, entre ellos varias radioemisoras de la Iglesia Católica y cortó la señal de CNN en español.
Cuba es otro protagonista crítico de exilios y detenciones que lesionan gravemente la libertad de expresión. Un periodista y dos ‘influencers’ digitales permanecen presos, en tanto que cuatro ciudadanos están detenidos por críticas al gobierno en las redes sociales. Además, tres periodistas independientes se exiliaron y a otros 20 se les «ofertó» la opción de salir del país, con la amenaza de no regresar.
También en El Salvador dos periodistas permanecen presos, en tanto …