Navalny dijo en Instagram que había sido convocado ante una comisión que votó por unanimidad a favor del cambio de estatus.
La designación marca una nueva escalada de la presión oficial contra el más prominente crítico interno del presidente Vladimir Putin, que actualmente cumple dos años y medio de prisión por violaciones de la libertad condicional que, según él, fueron inventadas para frustrar sus ambiciones políticas.
Navalny se tomó el anuncio a la ligera, diciendo que se alegraba de que ya no se le designara como propenso a fugarse y que, por tanto, sería sometido a controles nocturnos menos frecuentes y estrictos por parte de los guardias.
«Es que ahora hay un cartel sobre mi litera que dice que soy un terrorista», dijo Navalny en el post, que fue publicado con la ayuda de sus abogados.
Las autoridades rusas no confirmaron inmediatamente el cambio de estatus de Navalny y el Servicio Penitenciario Federal (FSIN, por sus siglas en ruso) no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Navalny, de 45 años, fue encarcelado tras regresar a Rusia a principios de este año desde Alemania, donde se sometió a meses de tratamiento para recuperarse de haber sido envenenado con un raro agente nervioso en Siberia en agosto de 2020.
El Kremlin negó cualquier implicación en el envenenamiento y ha dicho repetidamente que su tratamiento es competencia del servicio penitenciario. Putin se esfuerza por evitar incluso mencionar su nombre.
Además, el movimiento de Navalny sufrió un nuevo golpe en junio, cuando un tribunal calificó sus actividades de extremistas. Muchos de sus aliados han sufrido redadas en sus domicilios o han visto restringida su libertad de movimientos y algunos han huido al extranjero. El mes pasado, Rusia abrió una nueva causa penal contra Navalny que podría mantenerlo en prisión durante una década más.
Algunos de sus partidarios han criticado el reconocimiento de la semana pasada del Premio Nobel de la Paz al periodista ruso Dmitry Muratov, afirmando que Navalny habría sido un destinatario más merecido. (Reuters)