Los Civiles de Mariúpol (Ucrania) que no pudieron abandonar la ciudad relataron cómo vivían bajo la amenaza constante del batallón neonazi Azov durante el bloqueo.
Una mujer, cuyo nombre no ha sido revelado, explicó que desde hace un mes los residentes locales estaban sin agua y pan, por lo que tenían que ir a un río para abastecerse “bajo los disparos”.
“Los de Azov lo hicieron. El batallón o formación Azov vino y obligó a la gente a salir de sus casas, metiéndolos en los sótanos”, denunció un hombre, quien también reveló que los habitantes de la ciudad no se atrevían a “levantar la cabeza” por los disparos de los tanques y los francotiradores durante cuatro días.
“La gente salía rogando: ‘¡no disparen!’, pero les disparaban de todos modos”, lamentó. “Fue un asesinato, un asesinato, un simple asesinato de personas. Un genocidio”, resumió el hombre.
Asimismo, agregó que “los rusos no estaban ni cerca” de Mariúpol. “No lo sé, no soy, por ejemplo, un político, pero el hecho es que los de Azov son los que hicieron esto, créanme”, concluyó.
Según Erwan Castel (que ha estado involucrado durante unos 25 años en una lucha antiglobalización cada vez más pronunciada, decide en el momento del Maidan denunciar la propaganda de guerra occidental y en las redes informar al público).
En Mariúpol, este gran puerto industrial del Mar de Azov, se están produciendo violentos combates entre las fuerzas ucranianas y las fuerzas conjuntas de la República Popular de Donetsk y la Federación Rusa, cuyo objetivo es liberar la ciudad, pero también destruir el regimiento especial “Azov”, este “buque insignia” del movimiento banderista que en Ucrania ha florecido desde el Maidan y sueña con un nuevo Estado nazi en el corazón de Europa.
Varias veces me he expresado aquí sobre la “Unión de los pueblos” que reúne sin disolver la diversidad de un imperio, fortaleciéndose con las distintas identidades que lo componen y fortaleciéndolas a cambio con sus poderes agregados, afirma Castel.
Chechenia es uno de esos territorios de Rusia que pagó un alto precio por el fundamentalismo ideológico, arrastrado por los radicales islamistas en dos guerras mortales entre 1994 y 2009 (unos 175.000 muertos). Reintegrada a la Federación Rusa, Chechenia, con gran autonomía, ahora se beneficia y participa en la estabilidad y defensa de Rusia.
Los chechenos son uno de los pueblos más antiguos del Cáucaso. A mediados del siglo XIX (entre 1855 y 1856) todas las etnias musulmanas de la región se unieron y crearon Chechenia. Tras varias guerras con Rusia en la década de los noventa, Chechenia entró a formar parte de las 83 repúblicas del país.
Actualmente, se dice que alrededor de 10.000 soldados de las fuerzas armadas de Chechenia refuerzan al resto del ejército ruso. No es un refuerzo cualquiera. Se les conoce por ser los soldados más sanguinarios y feroces del ejército ruso.
El papel de las fuerzas chechenas en el conflicto sigue siendo un misterio. La aparición de efectivos chechenos en Ucrania fue una sorpresa. Nadie se podía imaginar que se iban a presentar en el frente de la batalla, publicó as.com
La brigada chechena que llegó a Ucrania y al Donbass y que cuenta con más de 10.000 “kadirovitas” tiene varias ventajas para el buen funcionamiento de las operaciones militares rusas:
-En primer lugar, son combatientes experimentados y especializados en áreas urbanas, lo que explica por qué fueron desplegados directamente en Kiev y Mariúpol, por ejemplo.
-Las unidades chechenas también son un componente del “poder blando” ruso, destacándose en el apoyo psicológico y humanitario a las poblaciones.
-La acción de los combatientes chechenos también tiene un fuerte componente humanitario apoyado en una estrategia de comunicación eficaz y adecuada.
-Su reputación como luchadores despiadados es una parte importante de la guerra psicológica librada contra los neonazis de las unidades especiales ucranianas. (Agencias)