La emisora estatal de China está censurando los primeros planos de fanáticos sin mascarillas en el Mundial de Qatar, luego de que ese tipo de imágenes causaran enfado entre ciudadanos cansados de las restricciones contra el covid-19.
China es la última gran economía mundial que continúa aplicando una dura estrategia contra el coronavirus, llamada cero covid, que implica confinamientos de barrios y ciudades enteras, períodos de cuarentena y pruebas masivas.
Los chinos cada vez aceptan de peor manera esas medidas y en los últimos días se han convocado varias protestas en contra.
Para evitar que los telespectadores chinos vean al público de los estadios sin mascarilla, la cadena deportiva de la CCTV remplazó sistemáticamente, en la retransmisión del partido Japón-Costa Rica, las imágenes en que aparecía gente sentada demasiado junta con planos de jugadores o planos del público tomados lo suficientemente lejos como para que no se distinguieran las caras.
En cambio, en internet sí se podía ver la retransmisión no censurada, incluso en Douyin, la versión china de TikTok.
La censura del régimen de Xi Jinping coincide con el confinamiento de decenas de millones de habitantes de grandes ciudades como Beijing, Cantón y Chongqing.
Y en los últimos días fue muy compartida en la red de mensajería WeChat una carta abierta que planteaba si China está “en el mismo planeta” que Qatar, cuestionando la política sanitaria del gobierno chino. Una misiva que, sin embargo, acabó siendo censurado por las autoridades.
PROTESTAS
EN TODO EL PAÍS
Las protestas contra las restricciones impuestas por el régimen de Xi Jinping se extendieron este fin de semana a importantes urbes como Beijing, Shanghái, Wuhan o Nanjing, tras la muerte de 10 personas en el incendio en un edificio aparentemente confinado en Urumqi (noroeste).
Según vídeos y testimonios que circulan en redes sociales, las muestras de indignación que inundaron el fuertemente censurado internet chino el viernes se transformaron en vigilias en recuerdo de las víctimas, que, según indicaron algunos comentaristas, pasaron los últimos 100 días de sus vidas recluidos en sus domicilios.
Mientras la prensa oficial no da cuenta de los incidentes, algunas grabaciones mostraron cómo decenas de personas arrancaban las vallas con las que las autoridades cierran las urbanizaciones confinadas en el vasto complejo residencial de Tiantongyuan, en el norte de Beijing, calificado a veces por los medios chinos como el más grande de Asia, con unos 700.000 residentes.
La capital china, especialmente blindada contra los rebrotes desde 2020, experimenta ahora sus niveles más altos de contagios: según el último parte oficial, fueron detectados más de 4.300 nuevos casos, de los que el 82 % son asintomáticos según los estándares de las autoridades sanitarias.
Estas cifras, bajas para los estándares internacionales pero intolerables para las autoridades chinas, se tradujo en restricciones y confinamientos que afectan a buena parte de la población capitalina, tal y como ya ha sucedido este año en otras partes del país como la citada Urumqi o la megalópolis oriental de Shanghái, que vivió este año un duro confinamiento que llegó a prolongarse durante más de dos meses en algunas zonas.
VIGILIA EN SHANGHÁI
Justamente en esa ciudad, y precisamente en la calle Urumqi, centenares de personas se congregaron anoche para celebrar una vigilia en recuerdo de los fallecidos en el incendio que transcurrió de manera mayormente pacífica, según testimonios en redes, entre los que algunos afirman que se produjeron detenciones.
Las grabaciones muestran a grupos de manifestantes cantando “Los que se niegan a ser esclavos, levántense”, una estrofa del himno nacional chino- o ‘La Internacional’, gritando “queremos libertad”, “no queremos hacernos pruebas PCR” o “que les introduzcan a los códigos QR”, en referencia a la obligación de escanear con una aplicación móvil los códigos QR sanitarios a la entrada de cualquier establecimiento o incluso en parques para que, cuando las autoridades detectan un contagio, puedan determinar quién ha tenido contacto con esa persona en cada momento.
En un momento de la noche, un grupo de personas llegó a gritar “Abajo el Partido Comunista, abajo Xi Jinping”, una poco habitual muestra pública de desaprobación sobre las políticas del líder del país.
Según el portal especializado What’s On Weibo, numerosos comentaristas en la red social Weibo -equivalente local de Twitter, censurado en el país- mostraron apoyo a la vigilia pero, sobre todo, pidieron a los participantes que se protegieran, antes de que los censores de la plataforma prohibieran comentar la etiqueta que se empleaba para hablar del tema.
PROTESTAS UNIVERSITARIAS
Ese mismo portal indica que, en una universidad de la ciudad oriental de Nanjing, numerosos estudiantes se reunieron anoche en el campus y encendieron las linternas de sus teléfonos móviles a modo de vigilia por los fallecidos en Urumqi.
Mientras tanto, en otra universidad, en este caso en Xi’an (centro), ciudad que también ha experimentado duros confinamientos, un grupo de estudiantes salieron a las calles del campus para mostrar su descontento por los encierros anticovid, que también supusieron un importante lastre para la economía nacional este año.
Las protestas también se habrían extendido a la pequinesa universidad de Tsinghua, una de las más importantes del país y ‘alma mater’ de Xi y otras destacadas figuras históricas, con vídeos que muestran a un grupo de estudiantes coreando “libertad de expresión, democracia, Estado de derecho”.
El gigante asiático, prácticamente aislado del resto del mundo desde principios de 2020, sufrió desde inicios del presente año numerosas oleadas de rebrotes atribuidas a la contagiosa variante ómicron, que ha puesto en jaque la estrategia nacional de tolerancia cero frente al coronavirus al provocar cifras de contagios superiores incluso a las del comienzo de la pandemia.
Las cifras de la institución muestran que cerca de 1,8 millones de personas permanecen actualmente bajo cuarentena, ya que la directriz pasa por trasladar a centros hospitalarios o de aislamiento a los infectados, incluyendo a los asintomáticos y también, aunque de forma separada, a las personas que tuvieron contacto con ellos. (Infobae).