Alrededor de 27 millones de personas, cerca de una cuarta parte de la población, se encuentran en situación de inseguridad alimentaria en República Democrática del Congo (RDC), una situación que podría empeorar en los próximos meses si no se aumenta la entrega de apoyo, según advirtieron la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Estos organismos han indicado en un comunicado conjunto que la situación está empeorando a causa de las malas cosechas, el desplazamiento de población a causa del conflicto, las enfermedades y el colapso de la infraestructura pública, lo que ha provocado que el número de personas en fase de crisis sea el más alto de los países analizados.
La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) publicada durante la jornada revela que incluso zonas de la capital, Kinshasa, y sus alrededores se encuentran severamente afectadas, mientras que no se prevén que estas cifras vayan a cambiar durante la primera mitad de 2022.
De hecho, el documento apuntó a que la situación podría agravarse en algunas regiones y entre grupos de población particularmente vulnerables, entre ellos niños jóvenes y mujeres embarazadas o lactantes.
«La situación alimentaria de muchas personas en RDC es desesperada, con muchos obstáculos diferentes», dijo el representante de la FAO en el país, Aristide Ongone, quien ha detallado entre los mismos «la inseguridad, las enfermedades, la devastación y la falta de infraestructura, el bajo acceso a ingresos de calidad».
En este sentido, resaltó que estos condicionantes «van contra las oportunidades (de la población) de ser capaces de alimentarse adecuadamente a sí mismos y a sus familias». «La única forma de romper el ciclo y cambiar estas tendencias es ayudarles a incrementar su resiliencia y productividad», arguyó.
«Estas cifras son un llamado de alarma para más acción y para hacer las cosas de forma diferente», ha dicho el representante del PMA en RDC, Peter Musoko. «Ahora mismo, parece que estamos salvando una barca con fugas. Necesitamos unirnos con el Gobierno, nuestros socios y el sector privado para determinar cómo dar esperanza a la gente de este país», ha añadido.
La FAO y el PMA han apuntado al impacto del conflicto sobre la situación humanitaria, especialmente en el este del país, donde cientos de miles de personas se han visto desplazadas a causa de los ataques de una miríada de grupos armados que operan en esta zona del país africano.
Asimismo, han reseñado que incluso si hay alimentos disponibles, los altos precios y el descenso de los ingresos están provocando que mucha gente no pueda obtener una alimentación nutritiva, una crisis que dura más de dos décadas y que ha sido exacerbada por los desastres naturales y el impacto de la pandemia de coronavirus.
Por ello, la FAO incrementó su apoyo a la población más vulnerable para acelerar la respuesta, unas acciones para las que necesita 65 millones de dólares (cerca de 56,2 millones de euros) –de los cuales sólo ha recibido 4,5 millones (unos 3,9 millones de euros)– y con las que espera dar ayuda a 1,1 millones de congoleños.
Por su parte, el PMA espera entregar alimentos, nutrientes y dinero en efectivo a 8,7 millones de personas en 2021, cerca de dos millones más que el año pasado, para lo que ha reclamado financiación por valor de 99 millones de dólares (alrededor de 85,7 millones de euros).
En este contexto, el PMA ha lanzado junto a la FAO y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) un programa de lucha contra el hambre en zonas urbanas en los alrededores de la capital que contempla la entrega de dinero efectivo a cerca de 100.000 personas en situación de extrema vulnerabilidad en la comuna de N’Sele. (Europa Press)