El presidente de la Asamblea de Irlanda del Norte, Alex Maskey, un histórico del IRA y del Sinn Féin, ha expresado sus condolencias a Carlos III en nombre de la institución y del pueblo norirlandés.
R. Unido.- El rey Carlos III ha prometido en Belfast recoger el testigo de su madre, Isabel II, también en lo referente a los compromisos de la corona con Irlanda del Norte, un territorio marcado durante décadas por un conflicto que, aún hoy, sigue reflejándose en las claras divisiones políticas y sociales.
El nuevo monarca ha proseguido por Belfast la gira emprendida tras el fallecimiento de Isabel II, en un gesto protocolario que sirve también como aval hacia la nueva etapa. Así, en un discurso ante diputados, se ha comprometido a seguir el “brillante ejemplo” de su madre y a trabajar en aras “del bienestar de todos los habitantes de Irlanda del Norte”.
“En los años transcurridos desde que comenzó su larga vida de servicio público, mi madre vio a Irlanda del Norte pasar por cambios históricos”, ha dicho el nuevo monarca, quien ha recordado que también su familia sintió como propias las “penas” de este territorio.
El presidente de la Asamblea de Irlanda del Norte, Alex Maskey, un histórico del IRA y del Sinn Féin, ha expresado sus condolencias a Carlos III en nombre de la institución y del pueblo norirlandés, destacando que su madre no había sido “una observadora distante” de la transformación vivida.
La reina, ha añadido, “demostró personalmente cómo las acciones individuales pueden ayudar a derribar barreras y alentar la reconciliación”. “Demostró cómo un pequeño pero significativo gesto, una visita, un apretón de manos, un cruce de calle o hablar unas pocas palabras en irlandés pueden marcar una gran diferencia”, ha sostenido.
Maskey también ha resaltado lo mucho que ha cambiado Irlanda del Norte desde la primera vez que Isabel II la visitó, en 1953, hasta la última, en 2012, haciendo hincapié en que ahora la Asamblea agrupa a “unionistas, republicanos, nacionalistas” capaces de honrar en conjunto la memoria de la difunta reina.
Los actos oficiales se han trasladado a continuación a la catedral de Santa Ana, donde ha tenido lugar una nueva misa en memoria de Isabel II con presencia de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, y también de las principales autoridades de Irlanda, entre ellas el presidente, Michael D. Higgins, y el primer ministro, Micheál Martin.
UNIONISTAS Y NACIONALISTAS
Irlanda del Norte carece de un gobierno efectivo desde las elecciones de mayo, a pesar de que del acuerdo político depende en gran medida el cumplimiento de los Acuerdos de Viernes Santo que pusieron fin al conflicto en 1998.
En los últimos comicios, alrededor del 42 por ciento de los votantes optaron por opciones de índole unionista, que abogan por que Irlanda del Norte siga formando parte de Reino Unido y tienen, en líneas generales, un sentimiento de mayor afinidad hacia la monarquía que ahora representará Carlos III.
Los nacionalistas, en cambio, quieren la integración del territorio en Irlanda y aglutinaron un 40 por ciento de los sufragios en mayo. Su principal exponente es el Sinn Féin, que se ausentó el domingo de la ceremonia formal organizada en Belfast para proclamar al nuevo rey.
Carlos III se ha visto con el líder del Partido Unionista Democrático (DUP), Jeffrey Donaldson, y con la vicepresidenta del Sinn Féin, Michelle O’Neill, quien ha reconocido la labor de la reina en favor de la “reconciliación”. (Europa Press).