México es considerado por organizaciones internacionales como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y han muerto casi una decena de profesionales en lo que va de año al realizar su trabajo.
El organismo ha precisado que, en las primeras diez semanas de 2022, ha tenido conocimiento de al menos ocho asesinatos de periodistas por motivos que podrían estar relacionados con el ejercicio del periodismo, por lo que ha trasladado su «preocupación» por el «recrudecimiento» de la violencia.
Además, la relatoría de la CIDH destacó que este tipo de ataques vulneran la libertad de expresión, «tanto en su dimensión individual como colectiva», ya que afecta al derecho de la sociedad a estar informada. «No pueden ser tolerados en una sociedad democrática».
La relatoría ha valorado, no obstante, los esfuerzos emprendidos por el Estado para atajar la problemática, y ha destacado el plan de creación de un Sistema Nacional de Prevención y Protección para personas defensoras de Derechos Humanos y periodistas.
Para ponerlo en práctica, ya se han iniciado una serie de diálogos para que la sociedad civil cuente con espacios «plurales e incluyentes» de participación.
También ha mencionado, por ejemplo, que el Estado mexicano, que condena y reconoce la violencia existente, está trabajando con la Unesco para «la capacitación» de los diversos órdenes del Gobierno o que ha destinado 1.200 millones de pesos (más de 54,3 millones de euros) al mecanismo para la protección de periodistas actualmente vigente.
Pero en este contexto, y «en un momento crítico para las garantías a la libertad de prensa», el organismo ha considerado que «los recursos humanos y financieros destinados al mecanismo de protección vigente no han sido eficaces» para evitar el asesinato de periodistas y que los esfuerzos mencionados y la capacitación de funcionarios están «lamentablemente desfasados temporalmente con respecto a la urgencia de la situación». (Europa Press)