La Comisión Europea ha propuesto ayer congelar hasta 7.500 millones de euros de los fondos europeos de cohesión previstos para Hungría en el período 2021-2027 ante la deriva antidemocrática del Gobierno de Viktor Orbán y el temor de que la gestión de estos recursos comunitarios se vea afectada por la amenaza para el Estado de Derecho en este país.
En una rueda de prensa en Bruselas, el comisario de Presupuestos, Johannes Hahn, ha explicado que el Colegio de Comisarios ha respaldado por “unanimidad” la propuesta de suspender el “65 por ciento” del dinero comprometido para tres programas húngaros de la política de Cohesión y la prohibición de concluir licitaciones de interés público con gestión directa o indirecta de programas europeos.
La respuesta húngara ha sido en palabras del ministro sin cartera encargado de Desarrollo Regional y uso de fondos de la UE, Tibor Navracsics, quien ha asegurado que esta congelación podría no ser efectiva en un 99 por ciento, por lo que la petición es “irrelevante”.
“El Gobierno no tiene intención de incumplir sus compromisos, así que la suspensión de los 3.000 millones (de florines húngaros) es irrelevantes porque se podría descontar hasta el 99 por ciento”, ha explicado Navracsics en rueda de prensa recogida por la prensa húngara.
De hecho, Navracsics ha destacado que la decisión de la Comisión Europea es importante porque abre la fase de cumplimiento y así para el 19 de noviembre podrá decidir por sí misma si Hungría ha cumplido con sus compromisos. Si así fuera, ha subrayado, se retirarían todos los
procedimientos de condicionalidad. “Estamos avanzando en la dirección correcta”, ha remachado.
Navracsics ha recordado que se han alcanzado 17 compromisos con la UE y que ayer se presentaron las primeras enmiendas legales para cumplir con los mismos. El viernes está previsto que se presente un segundo paquete.
La decisión definitiva queda en manos de lo que decidan los veintisiete en un plazo máximo de tres meses, período durante el que deberán evaluar si las medidas que Budapest ha prometido implantar de aquí a noviembre son suficientes para corregir las irregularidades sistémicas identificadas, con reformas de calado para reforzar la lucha contra la corrupción y el fraude.
Una vez Bruselas presente oficialmente la propuesta al Consejo, a más tardar el 22 de septiembre, ha dicho Hahn, los Veintisiete disponen de un mes para tomar una decisión, prorrogable dos meses más. El comisario ha adelantado ya que confía en que el Consejo haga uso del período máximo en su evaluación porque las reformas prometidas por Orbán necesitan tiempo para su tramitación legal y aplicación.
El caso se remonta al pasado mes de abril, cuando Bruselas inició el procedimiento de condicionalidad para congelar fondos destinados a Hungría para evitar su uso opaco. Entonces Budapest se negó a cooperar para enmendar la situación y no fue hasta este verano, cuando la Comisión puso cifra a los fondos en riesgo de suspensión, que las autoridades húngaras iniciaron el diálogo con los servicios comunitarios para buscar un acuerdo.
Hahn ha asegurado en su comparecencia ayer que Budapest ha propuesto “17 medidas muy concretas” que en su opinión van “por buen camino” pero que por el momento sólo se trata de promesas, que por el momento
“no son nada”, por lo que el Consejo deberá vigilar si se llevan a cabo antes de tomar una decisión. (Europa Press).