Celina Leao, gobernadora interina del Distrito Federal, dijo que pasarán de inmediato de 240 a 500 policías militares destacados en los alrededores de la llamada Explanada de los Ministerios y de las sedes de los tres poderes públicos, que fueron atacados por adversarios del presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, una semana después de su investidura.
Leao asumió las riendas del despacho luego de que el gobernador Ibanéis Rocha fuese destituido temporalmente mientras se determina por qué falló la seguridad del corazón político de la capital.
La seguridad del Distrito Federal se encuentra bajo control del Ejecutivo federal por decreto presidencial desde el 8 de enero, cuando seguidores radicalizados de Bolsonaro invadieron y saquearon el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.
Más de 2.000 personas fueron detenidas por los ataques que el gobierno califica de actos terroristas, y unas 1.159 continúan detenidas, de acuerdo con el último balance.
Las autoridades concentran las investigaciones también para determinar quién financió y ordenó el asalto, y aprietan el cerco en el entorno de Bolsonaro.
El ex mandatario, en Estados Unidos desde antes de terminar su período, niega conexión con el asalto, pero está bajo sospecha de ser uno de los instigadores del ataque.
La policía federal informó que lanzó una operación ayer en Río de Janeiro para detener a tres sospechosos de financiar y organizar los eventos
vandálicos, el bloqueo de carreteras y manifestaciones antidemocráticas frente a instalaciones militares.
Cappelli, designado como interventor para la seguridad de Brasilia por el Ejecutivo, dijo ayer que las investigaciones buscan determinar si hubo profesionales entre los invasores de las sedes de los tres poderes.
«Había hombres en campo con conocimiento del terreno, tácticas de combate y características profesionales entre los manifestantes», dijo el interventor citando a un sargento herido en la revuelta.
Cappelli señaló que 44 policías militares fueron heridos mientras defendían las instalaciones saqueadas, donde mobiliario y obras de arte invaluables fueron arruinadas e incluso robadas durante la violenta invasión.
Por otra parte, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva destituyó por decreto a la dirección de todos los medios de comunicación públicos brasileños a raíz del tratamiento que realizaron de la toma de los tres poderes públicos en Brasilia del pasado 8 de enero.
La decisión adoptada incluye el nombramiento de la periodista Kariane Costa como presidenta de la Empresa Brasileña de Comunicación (EBC), de la que dependen medios clave como la agencia de noticias Agencia Brasil, TV Brasil o la emisora Radio Nacional. La medida supone la apertura de un proceso de transición y reorganización en la EBC que durará unos 30 días, informó la Presidencia brasileña en un comunicado.
La prensa brasileña destaca que la dirección de estos medios seguía en manos de cargos nombrados por el anterior presidente, Jair Bolsonaro, cuyos simpatizantes asaltaron el Congreso, el palacio presidencial y la sede del Tribunal Supremo Federal hace una semana. (Infobae)