Etiopía.- Al menos 56 personas han muerto y una treintena se encuentran heridas, entre ellas mujeres y niños, por un ataque aéreo contra un campo de refugiados en la región etíope de Tigray, epicentro de la guerra que enfrenta desde noviembre de 2020 al Gobierno contra los rebeldes del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF).
El bombardeo, ocurrido el viernes por la noche, ha alcanzado una escuela de la localidad de Dedebit reconvertida a centro de acogida de desplazados por la guerra, según han confirmado ayer dos cooperantes humanitarios bajo condición de anonimato que no han proporcionado detalles sobre los responsables del bombardeo.
No obstante, el portavoz del TPLF, Getachew Reda, ha acusado del ataque al Ejército etíope, que habría efectuado el bombardeo con aviones no tripulados.
“La parte más triste de la historia es que las víctimas son personas desplazadas del oeste de Tigray por la campaña genocida del régimen”, ha denunciado el portavoz en su cuenta de Twitter.
Según fuentes diplomáticas consultadas por la agencia Bloomberg, desde el pasado mes de octubre más de 140 personas han fallecido desde octubre en estos bombardeos.
Los ataques ocurren en un momento en que el Ejército etíope ha vuelto a ganar una inercia favorable con los rebeldes, ahora de nuevo concentrados en su estado natal de Tigray tras haber ocupado durante varios meses las regiones anexas de Amhara y Afar.
Además, tienen lugar un día después de que el Gobierno etíope anunciara el indulto de varios exlíderes del TPLF entre los que destacan Sebhat Nega o Kidusan Nega, y a prominentes líderes de la oposición, después de que el primer ministro, Abiy Ahmed, haya subrayado la necesidad de iniciar un proceso de reconciliación nacional para hacer frente a la crisis en el país.
De hecho, la Unión Europea ha aplaudido estas liberaciones como un paso positivo para el final del conflicto, aunque también ha recordado que el bombardeo contra el campo de desplazados ejemplifica que el conflicto perdura y que es necesaria la adopción de medidas eficaces para cesar las hostilidades.
“La Unión Europea siempre ha hecho hincapié en que la única opción para una solución pacífica y duradera es un diálogo nacional independiente, amplio e inclusivo que no deje a nadie atrás”, ha declarado el máximo representante de la UE, Josep Borrell, en un comunicado al respecto publicado ayer.
“A pesar de estos pasos positivos, el conflicto continúa”, lamenta Borrell, quien insiste en que las partes en combate permitan “acceso humanitario inmediato y sin obstáculos para salvar vidas, ya que desde mediados de diciembre no ha entrado en Tigray camiones que transporten asistencia humanitaria”.
“Todas las partes deben aprovechar el momento para poner fin rápidamente al conflicto y entablar un diálogo. La UE está dispuesta a trabajar con la Unión Africana, Naciones Unidas y otros socios internacionales para apoyar este proceso”, concluye. (EUROPA PRESS)