El sitio UOL reveló que Lula ya había renunciado a la posibilidad de tener presente al venezolano en la ceremonia. Maduro aterrizaría así en Brasilia el domingo para asistir a la toma de posesión del presidente electo, que se celebrará bajo un amplio dispositivo de seguridad.
No obstante, fuentes diplomáticas indicaron a UOL que, por cuestiones de seguridad, no está asegurado un viaje de Maduro, si bien están barajando enviar una delegación encabezada por la Vicepresidencia.
El veto a la presencia del dictador venezolano en Brasil existe desde 2019, cuando el entonces ministro de Justicia, Sergio Moro, meses después de que Bolsonaro asumiera el poder.
Maduro es uno de los líderes internacionales que Lula ha incluido en la larga lista de invitados para la celebración de su próxima toma de posesión, a la que no asistiría el mandatario saliente, Jair Bolsonaro.
Con la vuelta de Lula al Palacio del Planalto, la relación de Brasil con Venezuela cambiará de manera drástica, ya que se dejará de reconocer como jefe del Estado venezolano al opositor Juan Guaidó y a la embajadora que este designó, María Teresa Belandria, partícipe en la campaña de Bolsonaro y que ya abandonó el país tras el resultado de las elecciones.
Jair Bolsonaro, en tanto, viajará a Estados Unidos para pasar el fin de año y no participará en la toma de posesión de Lula da Silva.
El hecho, criticado en Brasil, recuerda una situación similar reciente en la región latinoamericana: el 10 de diciembre de 2015 la presidenta argentina Cristina Kirchner se negó a entregar los atributos institucionales de la primera magistratura a Mauricio Macri.
Según esta decisión, no habrá acto tradicional de pasar la faja del presidente anterior a la persona que asume la Presidencia, en este caso Lula da Silva, que aceptará el cargo en la tarde del próximo domingo, el 1 de enero. (Infobae).