La orden de Bolsonaro deja sin margen de maniobra al presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, para financiar los acuerdos a los que había llegado con las diferentes bancadas para confirmar su reelección, y además pone a Lula en una difícil situación ya que criticó este tipo de enmiendas durante la campaña.
Los conocidos como presupuestos secretos son un mecanismo aprobado a mediados de 2020 con el que cada año un parlamentario ejerce como relato en las partidas presupuestarias para sugerir a los ministerios federales dónde y cómo destinarlo.
Se trata de un recurso muy cuestionado puesto que violaría los principios de transparencia e impersonalidad que requiere cualquier ley de presupuestos y que desde su aprobación sirvió a Bolsonaro para mantener la gobernabilidad dentro de un Congreso repleto de clientelismo. (Europa Press).