Kabul.- La directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore, denunció ayer que bebés de 20 días de edad están siendo entregadas en matrimonio en Afganistán para que sus familias puedan sortear sus dificultades económicas, en el marco de un aumento generalizado del riesgo de casamientos forzados para las jóvenes del país.
«Incluso antes de la reciente inestabilidad política, los socios de Unicef habían registrado 183 matrimonios infantiles y diez casos de venta de niños y niñas durante 2018 y 2019, tan solo en las provincias de Herat y Baghdis. Los niños y niñas tenían entre seis meses y 17 años», según Fore.
De acuerdo con los datos de la agencia de la ONU, una cuarta parte de las mujeres de entre 15 y 49 años se han casado antes de los 18 años en un país donde la crisis alimentaria y el inicio del invierno han agravado todavía más la situación de las familias.
Hay que recordar que, el año pasado, casi la mitad de la población de Afganistán era tan pobre que carecía de nutrición básica o agua potable.
Así pues, la situación económica extremadamente grave en Afganistán está empujando a más familias a una pobreza más profunda y obligándolas a tomar decisiones desesperadas, como poner a los niños y niñas a trabajar y casar a las niñas a una edad temprana. Además, como a la mayoría de las adolescentes todavía no se les permite volver a la escuela a la espera de que los talibán concreten sus planes educativos tras su conquista del país a mediados de agosto, el riesgo de matrimonio infantil es ahora aún mayor.
Fore recordó que el matrimonio infantil «puede conducir a una vida de sufrimiento», porque las niñas que se casan antes de los 18 años «tienen menos probabilidades de permanecer en la escuela y más probabilidades de sufrir violencia doméstica, discriminación, abuso y una mala salud mental». También son más vulnerables a complicaciones durante el embarazo y el parto.
De momento, Unicef va a trabajar con los líderes religiosos para asegurarse de que no estén involucrados en el Nekah (el contrato matrimonial) para las niñas, pero también ha llamado a las autoridades talibán para que «tomen medidas concretas para apoyar y salvaguardar a las familias y niñas más vulnerables».
«Instamos a las autoridades ‘de facto’ a que den prioridad a la reapertura de escuelas para todas las niñas de Secundaria y permitan que todas las maestras reanuden sus trabajos sin más retrasos», ha añadido la directora ejecutiva. «Está en juego el futuro de toda una generación», zanjó. (Europa Press)