El gobernador militar de Lugansk, Sergyi Gaidai, aseguró ayer que las fuerzas defensoras ucranianas mantienen el control sobre Severodonetsk, a pesar del asedio que intentan imponer los invasores rusos sobre la planta química Azot.
Las autoridades locales niegan información entregada por los propagandistas rusos, que aseguran tener bloqueado el recinto.
«Azot no está bloqueado. Se está combatiendo en las calles de las cercanías de la planta», afirmó Gaidai, quien agregó que previsiblemente las tropas rusas van a intensificar sus ataques para tomar la ciudad. Al parecer, los invasores pretenden reeditar la estrategia seguida para lograr la caída de la acería Azovstal, en Mariúpol, y así hacerse con el control de Lugansk.
Rusia sostiene que mantiene ya bajo bloqueo la planta Azot, e incluso Rodion Miroshnik, «embajador” ante Rusia de la «república” de Lugansk afirmó que los civiles que se encontraban refugiados en el recinto, intentando protegerse de los bombardeos lanzados por los mismos rusos, ya comenzaron a abandonar el lugar. El sábado, Miroshnik había cifrado en 500 el total de personas no militares que se guarecían en Azot.
«¡Los civiles han comenzado a abandonar Azot!», anunció el ruso en su cuenta de Telegram. «Son recibidos y llevados a un lugar seguro por los combatientes de las fuerzas aliadas», como define a los invasores. Desde hace semanas, Ucrania ha pedido a Occidente artillería de mayor alcance para lograr contrarrestar la ofensiva rusa, sin éxito en sus demandas hasta el momento.
En tanto, un ataque contra la ciudad de Chortkiv, en el oeste de Ucrania, destruyó parcialmente una instalación militar, de acuerdo con información proporcionada por el gobernador de Ternopil, Volodimir Trush. El funcionario explicó que cuatro proyectiles golpearon la urbe la tarde del sábado, dañando además cuatro edificios residenciales. «Fueron disparados desde el Mar Negro. No hubo muertos, pero sí 22 personas debieron ser hospitalizadas”. Entre los lesionados había un niño de 12 años. (DW Alemania)