La consejera del gobernador regional, Natalia Babachenko, dijo que hasta el momento se había confirmado la muerte de 30 personas y que más de 30 estaban hospitalizadas, 12 de ellas en estado grave. Entre 30 y 40 personas podrían seguir atrapadas bajo los escombros.
El edificio de Dniéper, ciudad del centro-este de Ucrania, fue parcialmente destruido durante una serie de ataques el sábado, la mayor oleada de incursiones rusas en dos semanas.
Sobre el terreno, los combates seguían centrándose en las localidades de Soledar y Bajmut, en la región oriental del Dombás.
Un grupo de bomberos encontró a una mujer con vida más de 18 horas después del atentado. La llevaron en brazos hasta un lugar seguro. Decenas de residentes, jóvenes y ancianos, observaban horrorizados desde la calle.
Los bomberos recogieron un cadáver y lo sacaron de las ruinas en camilla con ayuda de una grúa.
“Las posibilidades de salvar gente ahora son mínimas”, declaró a Reuters el alcalde Borys Filatov. Creo que el número de muertos se contará por decenas”.
En una declaración sobre los ataques del sábado, el Ministerio de Defensa ruso no mencionó Dniéper como objetivo específico. “Todos los objetos asignados fueron alcanzados”, remarcó.
Los trabajadores de emergencia dijeron más temprano el domingo que habían oído a gente gritar por ayuda bajo los escombros y que estaban aprovechando los momentos de silencio para ayudar a dirigir sus esfuerzos.
El alto mando militar ucraniano afirmó ayer que Rusia lanzó el sábado tres ataques aéreos, 57 incursiones con misiles y llevó a cabo 69 ataques con sistemas de salvas de cohetes de armamento pesado. Las fuerzas ucranianas derribaron 26 cohetes.
Los ataques del sábado también afectaron infraestructura crítica en Kiev y otros lugares. Las autoridades advirtieron que esto restringiría el suministro eléctrico de la capital y de amplias zonas del país en los próximos días.
Rusia, que invadió Ucrania en febrero, lleva desde octubre bombardeando con misiles y aviones no tripulados la infraestructura energética del país, provocando apagones generalizados e interrupciones en el suministro de calefacción central y agua corriente. (Reuters).