Kabul.- Al menos 32 personas han muerto y 53 han resultado heridas a consecuencia de un ataque suicida perpetrado ayer en la mezquita chií de Bibi Fatima o Imán Bargah, una de las más importantes de la ciudad afgana de Kandahar, capital de la provincia homónima, en el sur del país.
El portavoz de la oficina política de los talibán, Mohammad Naeem, ha difundido una declaración del jefe de la Policía de Kandahar, en la que condena de manera «enérgica» el sucedido este viernes en la ciudad, y ha mandado el pésame a las familias de las víctimas.
Naeem escribió en su cuenta de Twitter, que la gente de la zona pidió a los talibán armas «para que ellos mismos vigilaran su mezquita, y así lo hicimos», cuenta. Sin embargo, «desafortunadamente no han podido, así que en el futuro asignaremos grupos especiales para proteger lugares como este».
«La ONU condena la última atrocidad dirigida contra una institución religiosa y sus fieles. Los responsables deben rendir cuentas», lamentó la Misión de Naciones Unidas en Afganistán (Unama) en su cuenta de Twitter.
Testigos del portal de noticias Jaama Press informaron de al menos dos explosiones en la mezquita, coincidiendo durante las oraciones del viernes, aunque otras fuentes de la cadena Tolo News elevan a tres el total de detonaciones, todas simultáneas, lo que implicaría la existencia de múltiples atacantes.
De momento, los talibán solo han confirmado una detonación, así como «varios compatriotas martirizados o heridos», según el portavoz talib de Interior, Said Josti, en un comunicado recogido por el portal de noticias Aamaj News.
El portavoz ya trasladó en ese momento sus sospechas de que la detonación ha sido consecuencia de un atentado, aunque ningún grupo ha revindicado el incidente. «Fuerzas especiales del Emirato Islámico han llegado a la zona para determinar la naturaleza del incidente y llevar a los perpetradores ante la justicia», añadió Josti.
Posteriormente, el portavoz talibán, Zabibulá Muyahid, condenó «el bárbaro ataque contra civiles en una mezquita en Kandahar», y expresó su «más sentido pésame a las familias de las víctimas».
Este atentado tiene lugar una semana después del atentado perpetrado por la filial afgana de Estado Islámico contra otra mezquita chií, esa vez en la localidad de Jan Abad, provincia de Kunduz, que dejó al menos 120 muertos y 150 heridos. (Europa Press)