Con la ayuda de un pequeño implante cerebral, unos investigadores españoles y estadounidenses consiguieron exitosamente y de forma segura otorgar visión artificial a una mujer ciega, según un estudio publicado por la revista Journal of Clinical Investigation.
Las pruebas se realizaron con Berna Gómez, una profesora española de ciencias que a los 42 años tuvo que dejar su carrera porque desarrolló una neuropatía óptica tóxica, una enfermedad que destruyó rápidamente los nervios ópticos que conectaban sus ojos con el cerebro y que provocó su ceguera total.
En 2018, a sus 57 años, Gómez tomó la decisión de participar voluntariamente en una investigación -en la que firmó como coautora- que tenía el objetivo intentar ayudar a las personas ciegas a tener mayor movilidad, y a través de su experiencia con esta prótesis ópticas, intentar ayudar a otros
Para eso, debía someterse a una operación y aceptar que le implantaran diminutos electrodos de 4mm x 4mm -algo así como un centavo- con un centenar de microagujas en la región visual de su cerebro, además de asistir a sesiones de prueba diarias que duraban cuatro horas y durante seis meses.
GÓMEZ TUVO QUE IDENTIFICAR PATRONES DE LUZ
A diferencia de muchas investigaciones que buscan restituir la vista a personas ciegas a través de la retina, este estudio evita intervenir los ojos y nervios ópticos usando una prótesis que va directamente a la fuente de la percepción visual.
Gómez debía identificar figuras simples y patrones de luz, conocidos como fosfenos. De esta manera, ella podía diferenciar la intesidad de la estimulación, que podía ser más brillante o más difuminada, de color blanco o de tono sepia. Y mientras los electrodos implantados en su cerebro más se estimulaban, Gómez podía percibir con mayor facilidad estas manchas de luz.
En las pruebas realizadas, Gómez dijo que podía percibir patrones de estimulación que parecían puntos muy espaciados, mientras que otros eran más bien líneas horizontales.
«¡Puedo ver algo!», exclamó cuando logró visualizar una línea blanca. Luego de entrenar lo suficiente, la voluntaria pudo identificar correctamente los patrones horizontales de los verticales con una precisión del 100 %.
«Uno de los objetivos de esta investigación es dar más movilidad a una persona ciega», afirmó el bioingeniero Richard Normann, de la Universidad de Utah, Estados Unidos.
Este implante cerebral «Podría permitirles identificar fácilmente a una persona, puertas o los automóviles. Podría aumentar la independencia y la seguridad», agregó.
PRUEBAS CON LETRAS
Luego de los primeros y prometedores resultados, Gómez fue sometida en su último mes de investigación a un test para ver si podía discriminar letras. La profesora de ciencias pudo identificar de forma segura letras como la I, la L, la C, la V o la O, incluso cuando estas eran minúsculas o mayúsculas.
Por este motivo, los investigadores creen que al estimular las neuronas con electrodos en el cerebro se pueden crear imágenes bidimensionales. Y si bien los resultados son alentadores, estas pruebas solo fueron realizadas con una paciente. Antes de que este prototipo esté disponible para su uso clínico, debe ser probado en otros pacientes ciegos y durante tiempo prolongado. (DW Alemania)