«El Ejército ucraniano recuperó Yatskivka», anunció a la televisión Oleksii Gromov, un responsable del Estado Mayor militar ucraniano. La toma de esta localidad en la orilla oriental del rio Oskil parece confirmar la continuación de una contraofensiva que ya permitió a Ucrania liberar varios miles de kilómetros cuadrados en la región vecina de Kharkiv.
Las autoridades fieles a Moscú en las regiones ocupadas de Ucrania iniciaron ayer referendos de anexión a Rusia, considerados ilegales por Kiev y sus aliados occidentales que no reconocerán sus resultados.
Las votaciones celebradas en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk y en las meridionales de Jersón y Zaporizhzhia empezaron a las 5:00 hora local, indicaron las agencias de noticias rusas, y durarán cinco días.
Estos referendos añaden tensión a una semana marcada por la movilización de 300.000 reservistas anunciada por el presidente ruso Vladimir Putin, que también amenazó con emplear su arsenal nuclear para proteger su territorio.
Una hipotética integración a Rusia de estas cuatro regiones, que los observadores dan por sentada, implicaría que Moscú, siguiendo su doctrina, podría usar sus armas atómicas para defenderlas de la contraofensiva lanzada por Ucrania en el este y el sur del país.
«No podemos dejar al presidente Putin que se salga con la suya», dijo en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusando a Putin de»echar leña al fuego».
Los referendos recuerdan lo ocurrido en 2014 en la península de Crimea, anexada a Rusia después de un voto considerado fraudulento por las capitales occidentales.
En la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, rechazó las acusaciones y culpó de la situación al «Estado totalitario nazi» de Kiev.
En las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, reconocidas como naciones independientes por Moscú justo antes de la invasión, los residentes deberán responder si respaldan «la entrada a Rusia», según la agencia TASS. (Infobae).