El arco de deforestación de Colombia se extiende por los departamentos de Caquetá, Meta y Guaviare, donde se filtra en los parques nacionales y sectores de la selva amazónica, cuya conservación se considera vital para frenar el cambio climático.
«La intensidad de los incendios es mayor que muchos años hacia atrás», dijo a Reuters Rodrigo Botero, director general de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS). «Eso implica un señal de alarma grande».
Enero registró la mayor cantidad de puntos de calor en el bioma amazónico de Colombia de los últimos 10 años, según un memorando publicado por el Ministerio del Medio Ambiente el lunes.
Si bien los puntos de calor pueden representar incendios, también podrían indicar un aumento de las temperaturas durante la estación seca del país, precisó a Reuters el viceministro de Regulación Ambiental, Nicolás Galarza.
«Por supuesto, nosotros estamos preocupados. Queremos revisar porque es un aumento inusual que se genera, pero que como digo, no hay conclusión de que esas fuentes de calor sean incendios», indicó.
Sin embargo, en el municipio Calamar en Guaviare, la alcaldía emitió el miércoles una alerta roja por la alta tasa de incendios, mientras que Carolina Urrutia, secretaria de Medio Ambiente de Bogotá, advirtió el viernes que el humo podría afectar la calidad del aire en la capital del país.
Además, el grupo de defensa Amazon Conservation ha detectado una gran cantidad de enormes incendios utilizando su propia aplicación para monitorizar grandes conflagraciones.
«Lo que estamos viendo son muchos incendios que queman biomasa», explicó Matt Finer, especialista senior de investigación de Amazon Conservation y director del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), quien agregó que febrero es la temporada alta de quema en Colombia.
La deforestación en Colombia -que aumentó un 8% a 171.685 hectáreas en 2020-, es impulsada por la ganadería, el acaparamiento de tierras y la minería ilegal, entre otras causas. (Reuters)