Sus equipos se encuentran ahora en una base conjunta en la ciudad de Kirikhan y en medio de una tensa situación que atribuyen a entre otros factores, una escasez de alimentos y problemas en el suministro de agua a la zona afectada por el terremoto.
“El pesar está abriendo paso lentamente a la ira”, dijo el director de operaciones de I.S.A.R., Steven Bayer. No obstante, ambas organizaciones aseguraron que reactivarán a sus equipos si reciben información de que existen supervivientes bajo los escombros.
Horas antes, el Ejército de Austria también anunciaba la suspensión de sus operaciones de rescate en Hatay, esta vez tras constatar enfrentamientos entre grupos armados no identificados.
Hatay es la provincia más afectada por el terremoto en Turquía, fronteriza con el noroeste de Siria, donde fallecieron unas 900 personas y acabaron destruidos más de 1.200 edificios, según el régimen turco. Es también el hogar de unos 400.000 refugiados sirios por la guerra en el país vecino.
Aunque el Ejército no identifica a estos grupos, la provincia ha sido escenario ocasional de enfrentamientos entre el Ejército turco y las guerrillas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en guerra con Ankara desde hace décadas.
“El éxito de salvar vidas no guarda una relación razonable con los riesgos para la seguridad”, ha añadido el coronel, al frente de un contingente de 82 rescatistas militares.
No obstante, también quisieron puntualizar que no ocurrió ningún ataque directo contra la misión, que permanecerá en el lugar hasta que la situación mejore. “El caso es que las circunstancias son las que son”, declaró. (Infobae).