El Gobierno de Argentina, el quinto exportador mundial de carne de res, prorrogó el mes pasado hasta multas de octubre un límite del 50% al volumen habitual de embarques del producto para intentar incrementar la oferta doméstica y contener los precios del alimento popular.
La decisión causó el rechazo inmediato de las cuatro principales asociaciones rurales del país, que en un comunicado en conjunto dijeron el jueves que «estamos definiendo con nuestras bases bajo qué modalidad nos manifestaremos».
La semana pasada el titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) dijo que las asociaciones rurales «seguramente» harían un cese de comercialización y que buscarían incluir las transacciones de granos, a diferencia de la última protesta que solo afectó al ganado.
No obstante, una fuente de Sociedad Rural Argentina (SRA) dijo el jueves a Reuters que «se están evaluando más opciones que un paro comercial», agregando que las deliberaciones continuarían en los próximos días.
Una fuente del sector dijo que la medida será anunciada después de las primarias para las elecciones de medio término que se realizará el domingo en Argentina. «Por ahora no se van a hacer más declaraciones que las del comunicado», dijo.
Argentina hace años que sufrió una tasa de inflación muy elevada. En ese contexto, los precios de la carne han registrado subidas de hasta 39,7% en los primeros siete meses del año.
El Gobierno peronista de centroizquierda, que el domingo medirá en las primarias sus niveles de aceptación tras un año y medio de pandemia, desde mayo aplica restricciones al comercio exterior de carne bovina, un alimento socialmente sensible en el país sudamericano. (Reuters)